Marchena, el único jugador de campo que no se abrazó con Iniesta en el gol

Iniesta recuerda el Mundial de Sudáfrica diez años después

Iniesta recuerda el Mundial de Sudáfrica diez años después / EFE.

Ramón Fuentes

Ramón Fuentes

El gol de Iniesta en la final del Mundial nos deja muchos instantes que pasaron inadvertidos y que, diez años después, cobran aún más fuerza. Y uno en especial se produjo nada más lograr el histórico gol el manchego.

Todos los jugadores de campo y banquillo corrieron a abrazar como locos a Andrés Iniesta. Todos menos dos. Por un lado el capitán Iker Casillas que se quedó resguardando la portería. Y por otro lado el entonces jugador del Valencia, Carlos Marchena. El sevillano había estado calentando junto a Fernando Torres en la banda como opción al último cambio.

Pues bien, tal y como hace un año contó a la gente de Pelayo Seguros, el optó por saltar al césped y situarse en el centro del campo mientras el resto de sus compañeros eran una piña celebrando el gol.

¿Y de donde le surgió este instinto? Se trató de un instinto de supervivencia. Él entendió entonces que, al estar todos los jugadores

de España celebrando el gol fuera del terreno de juego, Holanda podía aprovechar para poner el balón en juego desde el centro del campo e intentar marcar un gol. Le salió ese instinto de colegio, de patio del recreo, donde crees que el rival va a aprovechar la superioridad numérica para intentar marcar un gol. Algo que nunca sucedió por supuesto.

Esta acción del sevillano le ha dejado una consecuencia para toda la vida. Y es la vez que su hijo le preguntó, al ver el gol en televisión, porque el no aparece junto al resto de jugadores celebrando abrazados a Andrés Iniesta. Y esta es la sencilla explicación. Marchena pensó en el grupo, en salvaguardar la portera de España.