Leyendas y olvidados se dan la mano en 'Las 100 personas que cambiaron el fútbol'

Oberon (Grupo Anaya) acaba de publicar 'Las 100 personas que cambiaron el fútbol'

Oberon (Grupo Anaya) acaba de publicar 'Las 100 personas que cambiaron el fútbol' / Oberon

Javier Giraldo

Javier Giraldo

A la hora de recopilar los personajes que han cambiado la historia del fútbol lo fácil sería quedarse con un puñado de jugadores, unos cuantos entrenadores y si acaso, algún que otro directivo. Sin embargo, en el libro ‘Las 100 personas que cambiaron el fútbol’, recién publicado por Oberon (Grupo Anaya) aparecen tanto las leyendas como los anónimos; de las figuras más ovacionadas de la historia del deporte rey a los olvidados que de una u otra manera contribuyeron a mejorar y a difundir el fútbol.

No faltan jugadores y entrenadores inolvidables: George Best, Diego Maradona, Cruyff, Pelé, Sócrates, Helenio Herrera, Luis Aragonés, Bilardo, Ronaldinho o Messi. Sus méritos están a la vista de cualquier buen aficionado.

Pero el gran interés del libro radica precisamente en los olvidados de la historia del fútbol, todos aquellos que pusieron su grano de arena y que apenas han disfrutado de una nota a pie de página en la historia del fútbol.

el primer equipo femenino y el 'inventor' de la chilena

Hay muchos ejemplos: el del empresario inglés Alfred Frankland, creador del primer equipo femenino de la historia, en 1917. O el de Ebenezer Cobb Morley, forjador de las primeras reglas del fútbol y fundador de la FA.

También desfilan por el libro el inventor de la rabona (Ricardo Infante, en un partido de la Liga argentina disputado el 19 de septiembre de 1948), el de la chilena (el bilbaíno Ramon Unzaga), el futbolista que cambió la norma del fuera de juego, Billy McCracken, o el árbitro inglés Ken Aston, precursor de las tarjetas.

Panenka y Bosman, héroes medio olvidados

No faltan, por supuesto, héroes modestos, como Antonin Panenka y su penalti revolucionario, o Jean-Marc Bosman y su lucha por un fútbol europeo sin fronteras.

Ni siquiera el árbitro Ángel Franco Martínez, muy popular en los años sesenta y setenta en el fútbol español y responsable, sin pretenderlo, de que a los árbitros se les conozca por los dos apellidos para evitar titulares como ‘Qué malo es Franco’ o ‘Todos culpan a Franco’, que hubieran sido mal digeridos por el régimen.

También hay hueco para el periodista gaditano Rafael Ballester, el creador de la tanda de penaltis como método de desempate, y para el británico John Alexander Brodie, que no era futbolista ni árbitro ni entrenador, sino ingeniero y aficionado del Everton: suya fue la idea de introducir redes en las porterías, tras ver cómo a su equipo no le concedían la victoria ante el Accrington porque no se supo si la pelota había sobrepasado la línea de gol.

El libro está escrito por tres jóvenes periodistas, Guille Glez, Diego Campoy y Juan Arroita, que habitualmente comparten su pasión por el fútbol en el canal de YouTube ‘Charlas de fútbol’.

“Quizás haya quien discrepe de alguno de los nombres que hemos seleccionado”, cuentan los autores, “pero por eso nos gustaría remarcar que se trata de una selección subjetiva basada en su importancia como pioneros, su relevancia mediática y en los cambios que han aportado al juego”.