España'82: El Mundial del cambio

Durante un mes, el Estado español estuvo en el punto de mira de todos. El Mundial tuvo efectos muy positivos

El 13 de junio de 1982 era un día soleado. El Camp Nou se vistió con sus mejores galas para acoger la ceremonia inaugural del Campeonato del mundo que organizaba España.

Pero para el Estado español no era, simplemente, un acontecimiento deportivo. Apenas un año antes, se había producido un intento de golpe de estado contra la frágil democracia española. Los paises democráticos habían girado la vista hacia España, un pais que hacía menos de siete años había salido de la dictadura del general Franco.

Y la España de Leopoldo Calvo Sotelo pasó con nota la prueba de organizar el evento deportivo más importante del mundo después de unos Juegos Olímpicos. Barcelona, sede de la ceremonia inaugural, y ciudad que acogió los tres mejores partidos del campeonato -Sarrià fue el escenario emblemático donde jugaron Italia, Argentina y Brasil- recibió numerosos elogios que, diez años después, aumentaron con la organización de los que fueron considerados mejores Juegos Olímpicos de la historia.

Más países que nunca

Por primera vez en la historia se disputó un Mundial con 24 países. Los últimos campeonatos sólo acogían 16 selecciones y el el Mundial de España'82 reunió a 24 lo que daba la oportunidad a países más pequeños a poder disputar un evento de esta categoría.

Es verdad que hubo más países europeos y sudamericanos pero también lo es que el Mundial se abrió a otro fútbol como el africano, el asiático o el centroamericano. Si en Argentina cuatro años antes sólo hubo un pais africano (Túnez), asiático (Irán) o centroamericano (México), estas cifras se duplicaron en España. Países como Camerún, Kuwait o El Salvador tuvieron su oportunidad.

Para España fue también una buena oportunidad de mejorar las infraestructuras, los transportes o el reto tecnológico.El Mundial'82 tuvo un total de catorce sedes y acogió partidos en diecisiete estadios, todos ellos remodelados o construidos para la ocasión Vigo, La Coruña, Gijón, Oviedo, Alicante, Elche, Bilbao, Valladolid, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Málaga, Barcelona y Madrid acogieron partidos inolvidables algunos por su gran calidad o emoción, otros por el escándalo.

Los resultados obtenidos fueron, sin duda, espectaculares. España se abrió al mundo y éste respondió en masa. Se calcula en un millón de personas las que visitaron en algún momento el país para presenciar partidos. Las calles de Barcelona o Madrid fueron invadidas por aficionados italianos que acompañaros a sus jugadores hasta la gran final.

El Mundial'82 supuso también una revolución para Televisión Española. Se calcula que alrededor de dos mil millones de telespectadores vieron por televisión la final disputada en el Santiago Bernabéu entre las selecciones de Alemania e Italia.

Miles de personas y voluntarios fueron los artífices del éxito aunque dos nombres sobresalen por encima del resto: Pablo Porta y Raimundo Saporta. El primero era el presidente de la Federación Española de Fútbol mientras que el segundo era el presidente del Comité Organizador. El resultado final del trabajo de todos fue que hoy, veinticinco años después, se sigue hablando del éxito que supuso el Mundial España'82.

Exito que también puede trasladarse al aspecto deportivo. Nombres como los de Rossi, Zoff, Platini o Sócrates aún son recordados por los aficionados. Brasil, Italia, Francia y Polonia pusieron la magia del fútbol aunque fueron los italianos quienes alzaron la Copa con un eufórico Sandro Pertini.