El CTA "mete caña" a las árbitras y asistentes de la Liga Femenina

Velasco Carballo, presidente del CTA

Velasco Carballo, presidente del CTA / EFE

Ramón Fuentes

Los primeros días de julio, y coincidiendo con la notificación desde el Comité Técnico de Árbitros de los ascensos y descensos, nos dejaba dos grandes noticias para la mujer en el mundo del futbol. Por un lado la asistente <strong>Guadalupe Porras se incorpora como asistente en Primera División</strong>, algo sin precedentes en el fútbol español dado que Marisa Villa, asistente internacional, ascendió también a Primera y nunca pudo llegar a debutar por no superar las pruebas físicas.

Junto a Guadalupe la otra gran noticia es el ascenso de Marta Huerta de Aza que va a pitar en Segunda División B esta próxima temporada 2019-2020. Una muestra evidente del espíritu de este Comité que preside Velasco Carballo de ir incluyendo a la mujer en el arbitraje profesional español. 

Y una prueba más la tenemos en la planificación física que el CTA tiene previsto para las árbitras y asistentes de la liga femenina en las distintas concentraciones arbitrales de esta próxima temporada 2019-2020. Cariñosamente hablando el Comité Técnico quiere meter caña a todas ellas buscando reducir las diferencias cada vez más entre los registros que deben cumplir los árbitros y asistentes de Primera y Segunda División con los que están fijados para ellas. 

Así el Comité Técnico busca como objetivo que las árbitras traten de igualar en las concentraciones físicas de noviembre y febrero y/o marzo, los tiempos en las series de velocidad. Como ya comentamos este lunes, los árbitros deben completar seis series de 40 metros en un tiempo de 5,8 con un minuto de recuperación entre serie y serie. En el caso de las árbitras deben completar este mismo número de series en un tiempo de 6,2 con un minuto también de recuperación entre cara serie. Pues bien, en la planificación del CTA pretende como objetivo que puedan llegar a los mismos 5,8 Segundos que completan los árbitros del fútbol profesional

Y luego está la prueba de YOYO intermitente donde las árbitras deben lograr unos registros de 16.4 y que a lo largo de las dos concentraciones físicas del año se busca que alcancen el 17.4. Un punto de diferencia que es un auténtico éxito físico

Porque este último sistema, el yoyo intermitente, es una de las pruebas más fiables para medir el consumo máximo de oxígeno de forma progresiva, al ir aumentando su dificultad en el tiempo y el llamado maximal, que supone terminar cuando el árbitro o arbitra ya no puede continuar con la prueba. 

Es una prueba que suele hacerse en un campo de fútbol y consiste en lo siguiente: Dos conos marcan la línea de salida. Suena un pitido. Arrancan y tienen que pisar la línea entre conos situada a 20 metros y volver sobre tus pasos otra vez hacia la salida. En medio, suena otro pitido, sólo como referencia,  que significa que has consumido la mitad de tu tiempo. Cuando suene el siguiente pitido, ya tienen que haber cruzado la línea de salida otra vez, es decir, haber recorrido los 40 metros. A partir de ahí, tienes 10 segundos de recuperación, en los cuales deben prolongar su camino 5 metros para girar y volver a la línea de salida. Estos 5 metros se convierten en una anécdota cuando la velocidad aumenta, ya que la propia inercia de la llegada casi obliga a recorrerlos.

Lo normal es que la velocidad suba en cada nivel 0,5 kms/hora, pero es idéntica en cada serie del mismo nivel. Es decir, que el ritmo en la serie 14.1 y la 14.8 es el mismo. Se hace una serie en el nivel 5 (que es más o menos un trote), una en el 9 (otro trote), dos en el 11 (trote alegre), tres en el 12 (un poquito más) y cuatro en el 13, donde se termina el “calentamiento”. A partir de ahí, 8 series por nivel.  Lo cual deja patente el enorme nivel de exigencia que implica solo en subir de la 16 a la 17. 

Como decíamos líneas atrás los árbitros de Primera, Segunda y Segunda “B”  en España se les exige completar el nivel 18.2. Puede parecer que la diferencia entre un árbitro que haga 18.2 y otro que haga 18.5 es mínima pero ni mucho menos así que imaginar lo que implica pasar de 16.4 a 17.4 para las árbitras de nuestro fútbol. 

Pero también el CTA busca una mejora física en las asistentes de la Liga femenina en la prueba oficial de ARIET donde el mínimo actual es de 14.5-3 y el objetivo es llegar al 15.5-3.