Cucurella baja de la nube a Antony

Suelen decir que lo del azar, en el fútbol, tiene poco que ver. Solo llegan lejos quienes tienen talento y ética de trabajo. Sin eso, la suerte poco puede hacer. Por ello, no es casualidad que el peor partido de Antony con el Real Betis fuese ante una bestia competitiva como Marc Cucurella.

El ruinoso negocio del Barça con Abde por culpa de Vitor Roque

El extremo brasileño ha demostrado en el Villamarín que de “juguete roto” no tiene nada. Más bien lo contrario. Es uno de los mejores jugadores del momento y su segundo tramo de temporada ha sido de MVP.

El partido más flojo de Antony

Con una personalidad arrolladora y plena confianza, ni siquiera un escenario imponente como una final de Conference League ante el Chelsea le hacía temblar las piernas y se mostró muy tranquilo antes del pitido inicial.

Pese a ello, delante tenía a un hueso duro de roer: Marc Cucurella. El lateral catalán ha sido, sin duda, uno de los mejores jugadores del equipo dirigido por Enzo Maresca, que además de conquistar el título de bronce de la UEFA, cuajó una gran temporada en la Premier League, terminando en la cuarta plaza y asegurando su plaza en la próxima Champions.

El canterano del Barça firmó un partido sensacional en Polonia y le ganó claramente la partida al atacante verdiblanco, que no pudo completar ni un solo regate ni poner un buen centro al área del conjunto londinense. En total, perdió nueve balones y solo pudo intentar dos disparos tímidos que blocó sin dificultad Jorgensen.

Sin embargo, la solidez de Cucurella no sorprendió a casi nadie. La Conference League, su primer título europeo a nivel de clubes, ha sido la guinda a una temporada impresionante en la que, además, mostró su faceta más determinante en ataque: siete goles y cuatro asistencias en 49 encuentros.

Un año espectacular para Cucurella

En menos de un año, el de Alella ha ganado la Eurocopa con España y la Conference con el Chelsea, y podría sumar pronto la Nations League. A sus 26 años, ha alcanzado el mejor momento de su carrera, y todo indica que no es cuestión de una buena racha, sino el fruto del trabajo constante.

Lo demostró en el Barça Atlètic y en el Eibar, donde se ganó una oportunidad en el primer equipo; también en el Getafe, que le permitió dar el salto a Inglaterra; y en el Brighton, donde convenció al Chelsea. No lo tuvo fácil en Stamford Bridge, pero ahora ya es un ídolo blue.