Brays Efe: "Borja Iglesias no se imagina lo importante que fue para mí"

Brays Efe escribe el prólogo y aporta algunas notas al texto de Macmillan en el libro `Las cosas extraordinarias¿ (Temas de Hoy)

Brays Efe escribe el prólogo y aporta algunas notas al texto de Macmillan en el libro ‘Las cosas extraordinarias’ (Temas de Hoy) / Alberto Van Stokkum

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Brays Efe pasó de relaciones públicas de fiestas madrileñas a interpretar a ‘Paquita Salas’ y convertirse en un fenómeno en España. Suyos fueron los cinco minutos más comentados de los Goya 2018 y suyo fue el Premio Feroz, que guarda entre una colonia Loewe y una medalla que ganó de pequeño en una carrera de sacos.

Durante el confinamiento se ha emocionado con el reality de Netflix ‘La gran batalla floral’. Ha sido cero productivo, pero “sin juzgarse por ello”. Y aún no tiene noticias de Pedro Almodóvar, que le dijo que le gustaría trabajar con él.

Estos días presenta el libro ‘Las cosas extraordinarias’ (Temas de Hoy), donde se mezcla la experiencia del actor con el certero texto de Duncan Macmillan encima de un teatro. 

Los actores os metéis en la piel de otra gente ¿Cómo sería meterse en la piel de Brays Efe?

¿Quién dijo aquello de ser yo por un día sería divertido, pero atrévete a serlo para toda la vida? [risas]. Bastante tenemos cada uno con lo nuestro como para enfrentarnos a otras cosas que no son ni siquiera las nuestras.

Pero en eso consiste tu trabajo, ¿no?

Sí, pero como es un trabajo me pagan [sonríe]. ¿Tú me vas a pagar? 

Creciste en una granja, ¿qué recuerdas de todo aquello y cómo crees que te marcó?

Mi familia por parte de padre vive como en una finca que es una especie de pequeña granja en Pontevedra. No es una granja industrial es una granja familiar. Teníamos animales nuestros, viñedos, ese tipo de cosas. Ahí me críe yo, pero no sé cómo me marcó porque no he salido precisamente vegano [risas]. Queríamos a los animales, les poníamos nombres, pero a la vez entendíamos que era un ciclo.

En más de una ocasión has explicado que sufriste bullying de pequeño, ¿cómo recuerdas la hora del recreo?

Bueno, si te soy sincero, hay como mucha parte de todo eso que la he olvidado. Me ocurre cuando hablo con dos amigas de aquella época, las dos lesbianas casadas [sonríe]. Y a veces me hablan de alguien y es como: ¿Quién? Y a lo mejor es alguien que me hizo la vida imposible entonces. También es verdad que yo en la época de instituto vivía al lado de mi casa. Y entonces a la hora del recreo me iba a mi casa.

Eso no es muy habitual, ¿no?

Bueno, se podía salir, no tenías porque quedarte. A veces me iba con estas amigas a la cafetería, pero normalmente me iba a mi casa y me veía el vídeo de ‘Crónicas Marcianas’ de la noche anterior [sonríe]. Claro que hubo momentos que lo pasé mal pero me gusta como soy ahora y también puede ser producto de esos años.  

¿En esa época no practicabas deporte en el patio?

Bueno, la verdad es que nunca fui muy deportista. Sinceramente. Pero sí que me movía bastante cuando era joven porque vivía en el monte [risas].

¿Nada de fútbol?

Al principio me gustaba el fútbol, pero normalmente yo era portero y una parte del juego era darme balonazos y ese tipo de cosas, ¿sabes? Y luego también me apunté a atletismo  en primaria. Pero también había un tipo que me hacía bullying y dejé de ir a las clases. 

¿Nunca llegaste a competir?

Estuve a punto de competir en 300 metros o algo así entre institutos de La Rioja. Supongo que eran cosas que promovía el instituto para acercarnos al deporte sobre todo a los que no estábamos muy cerca. Por eso me encanta lo que hizo Borja Iglesias, el delantero del Betis, que se pintó las uñas negras.  Lo hizo contra el racismo, pero dijo que se alegra de que también sea contra la homofobia. Este chico no se imagina lo importante que es para mí escuchar a una persona que juega al fútbol, que eran normalmente los que me daban balonazos, decir que da igual pintarse las uñas. Me parece tan importante y tan guay que haya hecho eso.

Sí, porque en el mundo del fútbol la homosexualidad sigue siendo un tabú absoluto…

Sí, la verdad es que tampoco puedo hablar en profundidad de lo que rodea al fútbol, porque lo desconozco, aunque a veces veo los partidos con dos amigos. Uno que es del Barça [el Dj Edgar Kerri] y otro que es del Madrid [el actor Álex de Lucas]. Y disfruto mucho incluso sin ver la tele, porque tiene esa cosa social. 

¿Viéndolo desde la distancia entiendes por qué el fútbol genera tantas pasiones?

O sea, a nivel básico, entiendo que es un deporte, que tiene su parte de diversión, su parte de estrategia, tiene narrativa, tiene personalidades. Pero sí que me pregunto hasta qué punto vale la pena pegarte con la afición contraria. Eso sí me sorprende. Cuando vivía en Galicia me acuerdo de ir a ver algún partido del Celta. Y luego el último plan deportivo con el que me lo pasé muy bien fue con un partido de béisbol de los Dodgers en  Los Ángeles. Me lo propuso un angelino que era de los Dodgers de toda la vida. Fui ahí, me compré una margarita, un perrito caliente y me lo pasé muy bien. Llegamos que ya había empezado y cuando nos fuimos, aún no había terminado [risas]. 

Hay deportistas que llegan al público y los hay que no.. con los actores pasa algo parecido; ¿por qué crees que logras esa conexión?

Me gusta quedarme con la explicación que me dio David Serrano, cuando me llamó para llevar al teatro el texto de Duncan Macmillan, ‘Las cosas extraordinarias’, y me dijo que es una obra en la que enseguida le tienes que pedir al público que haga cosas que no está acostumbrado a hacer. Necesitas de alguien con quien empatizas  rápido y me gusta creer que yo soy esa persona. 

En la obra hay una madre que trata de suicidarse  y un niño que le hace una lista de cosas extraordinarias para seguir viviendo, ¿qué cosas extraordinarias te han ayudado a ti? 

Indudablemente el cine y las historias en general. Yo de joven leía mucho y esa fue una de las cosas que me salvó. Ese amor por las historias pasó luego al cine. A partir de los 18 me agarré mucho a eso, y cuando me vine a Madrid, empecé a estudiar comunicación audiovisual y a interactuar con gente con intereses parecidos. 

¿Te sigues llevando bien con Paquita Sala? 

Sí, claro, genial. Estáis empeñados en que siempre me relacionan con el personaje pero no es verdad. Me paran más por la calle por la historia que colgué del batido de oreo que por Paquita Salas [sonríe]. Y además, me lo pasé genial haciendo de Paquita; le gustó al público, le gustó a la crítica y gané dinero. ¿Cómo no me va a caer bien?