El Partido Comunista ruso, un caso único en la historia del deporte de elite

La plantilla del KPRF, con la Catedral de San Basilio de fondo

La plantilla del KPRF, con la Catedral de San Basilio de fondo / TWITTER

David Rubio

David Rubio

¿Imaginan al Bayern jugando la final de la Champions de fútbol contra Esquerra Republicana (ERC) o contra el Partido Popular (PP)? Pues <strong>el Barça se enfrentará el viernes en las semifinales al ‘Komunisticheskaya Partia Rossiskoi Federatsii’</strong> (Partido Comunista de la Federación Rusa o KPRF por sus siglas).

La historia de este particular club se remonta a comienzos de 2003, cuando en los albores de la ‘era Putin’ se organizó un torneo de fútbol sala entre los partidos políticos rusos coincidiendo con las elecciones a la Duma.

Y el KPRF derrotó en la final por penaltis al ‘Partia Zhisni (‘Partido de la Vida’). La idea gustó tanto en el seno del partido que se dio continuidad al proyecto con un equipo que vivió un continuo crecimiento en los campeonatos de Moscú hasta que en la temporada 2008/09 acabó primero con 18 victorias y cuatro empates.

El presidente del Partido Comunista (el partido político), Gennadi Ziuganov, decidió seguir adelante a la vista de los buenos resultados cosechados, y poco a poco, el club fue escalando posiciones en las diferentes categorías del fútbol sala de la Federación rusa hasta que ascendió a la Superliga en el curso 2013-14

En su estreno en la máxima categoría coqueteó con el descanso y terminó undécimo, pero el club realizó una importante inversión ese verano y en la siguiente campaña ya se 'coló' en los play-off

Con sensacionales fichajes como los exbarcelonistas Lin (en 2016) y Rómulo (en 2018), el KPRF logró acceder a la primera final liguera de su historia en la campaña 2018-19, aunque la perdió ante el Tyumen (el equipo desde el que llegó el genio brasileño Ferrao al Barça en 2016).

Por fin, el club que preside a nivel deportivo Ivan Melnikov y que dirige en el banquillo el rusogeorgiano Besik Zoidze repitió presencia en la final liguera la pasada temporada en un torneo que también se vio interrumpido por la pandemia del Covid-19 y que concluyó a finales de agosto.

Esta vez el KPRF partía como claro favorito y superó con facilidad los cuartos de final y las semifinales. En la final le esperaba el Gazprom-Ugra (el exequipo del recién renovado Marcenio), pero el club que disputa sus encuentros en Klimovsk (unos 55 kilómetros al sur de Moscú) se impuso por 3-0 y alzó su primera Superliga rusa.

Además de los referidos Lin y Rómulo, el KRPF cuenta con otro exazulgrana, un Raúl Gómez que llega un poco 'tocado' y que llegó a militar durante una temporada en el Barça B.