'Spanish Wisla': Siempre nos quedará Cracovia

Pol Llonch, Iván González, Jesús Imaz y el ex del Zaragoza Basha, antes de un partido

Pol Llonch, Iván González, Jesús Imaz y el ex del Zaragoza Basha, antes de un partido / sport

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Devastada por la Segunda Guerra Mundial y castigada por la historia, Polonia ha aprendido a levantarse una vez tras otra. Varsovia ejerce al norte como capital financiera del país y Cracovia se erige al sur como una de las joyas de la Europa del Este. Colorida y llena de encanto, esta urbe de 754.000 habitantes esconde, además, una particularidad que la hace singular para el fútbol catalán.

Pol Llonch, Fran Vélez y Jesús Imaz entrenan, bajo las órdenes del también catalán Kiko Ramírez, en uno de los equipos históricos del fútbol polaco, el Wisla de Cracovia. Llonch, ex del Hospitalet (donde coincidió y forjó su relación con Ramírez), Espanyol y Girona, vive su primera experiencia fuera de España. Lejos de probar suerte en países con más tradición futbolística como Inglaterra, Italia o Alemania, el centrocampista aceptó la propuesta exótica que le llegó el pasado mes de enero. “Estaba en el Granada cedido por el Girona. Intentaba recuperar sensaciones después de una temporada en la que no había contado mucho para Machín. Entonces recibí la llamada de Kiko Ramírez. Es verdad que no fue una decisión fácil porque acababa de ser padre, pero después de meditarlo me tiré a la piscina”. 

"El nivel de profesionalización en Polonia es muy alto. El ambiente en los estadios es alucinante y la ciudad de Cracovia es preciosa"

Significaba el paso de jugar en Primera División por primera vez para Llonch, que se encontró un equipo y un fútbol muy profesionalizados y con mucho seguimiento entre la sociedad polaca: “Los estadios y todo lo que rodea la categoría son de nivel. Me ha sorprendido la dedicación y cómo se preparan los partidos, haciendo noche de concentración siempre antes de los partidos fuera de casa y con todas las necesidades cubiertas”, asegura Pol, que vive con su pareja y su hija en la ciudad, donde se han adaptado de fábula.

Además de Llonch, Imaz y Vélez, al Wisla juegan cuatro jugadores españoles. Son Carlos López, Julián Cuesta, Víctor Pérez e Ivan González. “Evidentemente esto ayuda a integrarte en un equipo nuevo en el extranjero, está claro. Antes de la llegada de Kiko el pasado enero no había ninguno y ahora somos una pequeña colonia. De todos modos, hay muy buen ambiente con todo el mundo en el vestuario porque hay jugadores polacos, croatas, portugueses, albaneses, de todo”, afirma Llonch, que alucina con el ambiente de las gradas en el país del este de Europa: “Quizás hay 15.000 personas en el estadio en un partido liguero normal, pero de verdad que la sensación es que haya muchas más. No descansan ni un segundo, animan sin cesar. De todos modos, hay dos partidos señalados: el derbi ante el KS Cracovia y el clásico contra el Legia de Varsovia.

Ocho españoles han aterrizado este último año a un Wisla de Cracovia que quiere volver a reinar en Polonia

El formato de la Extraklasa (el impronunciablenombre de la máxima categoría polaca) es parecida al de la Liga Belga. Una fase regular con ida y retorno y después se parten ocho y ocho. Se mantienen las posiciones y la puntuación y se enfrentan los ocho entre ellos en partido único sin retorno. El Wisla, con 13 Ligas en su palmarés, es un histórico del fútbol polaco que no pasa por su mejor momento. Para volver a saborear la gloria, la Estrella Blanca (cómo es popularmente conocido) se encomienda a su colonia española. Y es que siempre nos quedará Cracovia.