Qatar cautiva a la FIFA

La presentación de su proyecto escenifica el potencial del fútbol como elemento pacificador en Oriente Medio y destaca su legado de futuro

J. Giraldo

Los responsables del proyecto de Qatar para acoger el Mundial de 2022 apelaron a algunos de los factores que más valora la FIFA a la hora de elegir la sede del mayor acontecimiento futbolístico planetario. En su presentación ante los 22 miembros del comité ejecutivo que hoy decidirán con su voto los países elegidos para organizar el Mundial de 2018 y 2022, los qataríes hicieron hincapié en el poder del fútbol para unir países y resolver conflictos y emplearon, como hiciera Lula para dar a Río los Juegos de 2016, un mapa mundial en el que se reflejaba que Oriente Medio sigue huérfano de grandes acontecimientos deportivos internacionales. También insistieron en la importancia de dejar un buen legado después del Mundial.

Después del presidente de la candidatura, Mohammed bin Hamad Al-Thani, le llegó el turno a Bora Milutinovic, un viejo conocido de los Mundiales, que ya ha participado en cinco, entrenando a cinco selecciones diferentes. Milutinovic recordó que en México'86 también se jugó bajo un calor intenso, "y además en altura", por lo que insistió en que la temperatura del verano qatarí "no será un problema". "Qatar es un país pequeño y compacto en el que no hace falta desplazarse en avión. Viajar largas distancias disminuye el rendimiento y por lo tanto, el espectáculo", dijo.

El director ejecutivo del proyecto, Hassan Al-Twadi, que se dirigió en castellano a la FIFA, fue el encargado de exponer las cifras. "2.000 millones de personas viven a menos de 4 horas de vuelo de Qatar. El gobierno invertirá 50.000 millones de dólares en infraestructuras, para impulsar, entre otros proyectos, un sistema de metro único en el mundo. Se doblará la capacidad hotelera del país para alcanzar las 110.000 habitaciones y nos gastaremos 4.000 millones de dólares en construir unos estadios que después del Mundial se podrán desmantelar y convertirse en 22 nuevos estadios en los países que más lo necesiten.

Qatar 2022 dejó para el final su parte más emotiva. Intervino el futbolista iraquí Nufal Al Thamir, uno de los integrantes de una selección milagro que logró clasificarse para la Copa de Asia mientras Bagdad era escenario de una cascada de atentados. "Lo que los gobiernos no han conseguido lo puede conseguir el fútbol. Imagínense qué podría lograr un Mundial".

Cerró la presentación la presidenta de la Fundación para la Educación y Ciencia de Qatar, Sheikha Nasser que apeló a los miembros de la FIFA: "¿Cuándo piensan que es el momento adecuado para llevar un Mundial a Oriente Medio? Nosotros estamos convencidos de que es el momento justo. Nos serviría para acercarnos al mundo".

Como ejemplo, puso en escena la táctica que empleó Lula para convencer a los miembros del COI de que Rio de Janeiro merecía unos Juegos: desplegó un mapa mundial en el que se refleja la incidencia que han tenido los Mundiales en diversas partes del Globo, de Corea a Argentina, pasando por Sudáfrica o Estados Unidos, precisamente la gran rival de Qatar en el pulso por 2022.

La presentación concluyó con un lema que pretendía tocar la fibra sensible. "Por el fútbol y por Oriente Medio. Ha llegado el momento". Joseph Blatter, que ha dicho que votará en blanco, felicitó al país árabe "por una exposición tan emocionante".