FÚTBOL
Paul Gascoigne, exfutbolista de 61 años, se sincera sobre sus mayores adicciones: desde el arrepentimiento instantáneo de su matrimonio a perderse el nacimiento de su hijo
El ídolo inglés repasa en su nueva biografía 'Eight' su vida entre el genio y la autodestrucción, en un relato tan honesto como desgarrador

Paul Gascoigne entre cámaras y focos / EFE
Paul Gascoigne, considerado en su día el talento natural más prodigioso de la historia del futbol inglés, vuelve a ocupar titulares con la publicación de su tercera autobiografía 'Eight'. En esta ocasión, el genio de Gateshead muestra una honestidad descarnada y sin filtros sobre los episodios más oscuros y controvertidos de su vida.
Los años dorados
Gascoigne comenzó a despuntar como joven promesa en el Newcastle United, antes de fichar por el Tottenham, consolidando su estatus como una de las mayores figuras de la Premier League, y coronándose con la FA Cup de 1991. A los 24 años decidió probar fortuna fuera de Inglaterra en la Lazio, y aunque su calidad en el centro del campo seguía siendo indiscutible, empezaron entonces sus calvarios con las lesiones y los problemas extradeportivos. Regresó a Gran Bretaña para jugar con los Rangers, donde conquistó dos Ligas escocesas y dos Copas.
Idolatrado por la afición por su futbol y carácter, su aventura en Glasgow acabó de forma abrupta por episodios de indisciplina y un agravamiento de sus adicciones, que limitaban su continuidad y rendimiento. Antes de su retiro en 2004, jugó también en Middlesbrough, Everton, Burnley y Boston United, sufriendo un progresivo desgaste físico y mental cada vez más evidente.

Paul Gascoigne en un partido con el Boston United / NICK POTTS / AP
Héroe nacional
Con Inglaterra, Gazza disputó 57 partidos y marcó 10 goles, siendo una pieza clave por su capacidad para dar pases decisivos, un gran golpeó de balón y su actitud valiente y desenfadada, el sello de estilo con el que se recuerda a uno de los jugadores más talentosos y carismáticos de la historia del futbol inglés.
Su actuación en las semifinales del Mundial de 1990 contra Italia permanece en la memoria colectiva del futbol inglés. En aquél partido, Gazza protagonizó una de las imágenes más emblemáticas del futbol, cuando le sacaron una tarjeta amarilla y tuvo que abandonar el campo entre lágrimas. Aunque acabaron perdiendo, le valió para estar incluido en el equipo ideal del torneo. Otro momento para el recuerdo fue su gol ante Escocia tras un espectacular 'sombrero', en la Eurocopa de 1996 que permitió al equipo avanzar en el torneo, ejemplos de la importancia que tuvo Gascoigne con la selección que lo llevaron a convertirse en un ídolo nacional.
La redención del mito
Sin embargo, toda esta brillantez que mostró a lo largo de su carrera fue limitada por problemas serios relacionados con el alcoholismo, adicciones y problemas de salud mental que afectaron a su rendimiento y estabilidad profesional. En su autobiografía, el excentrocampista indaga en las raíces de sus problemas personales a lo largo de su vida: de pequeño fue testigo de las violentas discusiones de sus padres y del maltrato doméstico a sus tres hermanos.
A los 13 años, buscó ayuda psiquiátrica para tratar la depresión y su adicción a las máquinas tragaperras, además de solo poder dormir con la luz encendida. Como en muchos otros futbolistas con un pasado difícil, su única via de escape era el campo de fútbol, donde el propio futbolista confiesa que era el único lugar donde "no tenía tics ni me preocupaba la muerte".
El relato no escatima crudeza. Gascoigne revive con dureza el episodio de 1996, en un hotel de Perthshire, Escocia, cuando dio un cabezazo y empujó a su exmujer Sheryl hasta dejarla 'llena de moratones', antes de admitir que su matrimonio fue un 'error'. Este acto tuvo un gran revuelo en la prensa británica y le valió su reputación en los campos rivales, que empezaron a llamarle 'golpeador de mujeres'.
Gazza relata también cómo empezó a sentir arrepentimiento tan pronto como la pareja intercambió sus votos, calificando su matrimonio como 'un error gigantesco'. Después de un corto año de matrimonio, Sheryl solicitó el divorcio, lo que dio lugar a que el excentrocampista le pagara 700 000 libras esterlinas. Su relación no terminó allí, ya que ella estuvo a su lado cuando fue ingresado por problemas de salud mental en 2008 y 2013.

Paul Gascoigne sufrió varias adicciones a lo largo de su carrera / OWEN HUMPHREYS / AP
Otra anécdota sorprendente fue cuando mientras jugaba en la Lazio, el entrenador Dino Zoff le dijo que tenía una llamada de parte de alguien muy importante. Mantuvo una breve conversación telefónica con el Papa Juan Pablo II, pero perdió la oportunidad de conocerlo en persona porque tenía que entrenar.
También se perdió el nacimiento de su hijo por estar disputando un partido con el Rangers en Londres. Después estuvo bebiendo en un pub y se enteró del nombre de su hijo por un artículo en el periódico que le señaló un amigo. No estuvo presente en un momento tan importante y su suegra le echó de casa.
En 'Eight', Gascoigne mira atrás con una visión más madura y una mayor comprensión de sus actos y su estilo de vida por aquellos años. Al profundizar en su historia, encontramos un relato honesto, crudo e incluso conmovedor, donde muestra sin adornos a un genio atormentado que, entre luces y sombras, sigue siendo una de las figuras más carismáticas y queridas del futbol inglés.
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