Miki Esparbé: "No tenemos miedo a la reacción de García y De la Morena"

El actor ha estrenado esta semana la serie 'Reyes de la noche'

"Mi generación está algo desencantada con el fútbol", asegura

Miki Esparbé, protagonista en Reyes de la noche

Miki Esparbé, protagonista en Reyes de la noche / Movistar+

Dídac Peyret

Dídac Peyret

A Miki Esparbé (1983, Barcelona) ya no solo le ofrecen papeles amables, señal de que cada vez es un actor más consolidado. En la serie ‘Reyes de la noche’ (Movistar+) interpreta a un personaje inspirado en José Ramón de la Morena en la era más despiadada de la radio en España.  

¿Qué hizo que aceptaras este papel?

A mí, cuando me dicen la premisa de la serie, me suena muy lejana porque esa época me engancha muy pequeño. En mi casa sonaba Puyal y lo que decía iba a misa. Obviamente sabía quiénes eran De la Morena y García, pero no había indagado demasiado en la rivalidad que tuvieron. Me leí el piloto y aluciné. Sorprende mucho que un texto sin ensayos, donde no se han podido retocar cositas, ya sea tan redondo. El guión es una maravilla. 

¿Qué es lo que más te llamó la atención de García y De la Morena cuando indagaste sobre ellos?

A mí lo que me interesaba indagar de este mundo tan salvaje, tan al límite, y tan testosterónico es lo que ocurría cuando salían del estudio. Momentos de confesiones, de coger el coche de vuelta a casa y pensar: ‘hoy he metido una hostia radiofónica y no sé si he hecho bien’. Me interesaba indagar más allá de lo mediático. Ver de qué sufrían, qué cadáveres dejaban por el camino y cómo se sentían antes y después del programa.

En ese clima de tensión hubo un proceso de deshumanización, ¿crees que ellos sintieron que se les fue de las manos? 

Una de las claves para que el espectador se enganche a la serie es que los dos protagonistas saben que no se pueden permitir mirar atrás. Cuando mi personaje se pasa al lado oscuro el fin justifica los medios. Y él decide que no hay vuelta atrás por una cuestión de ambición, de ego, de poder y también de mucha frustración y de mucha impotencia. Si su competidor juega esas cartas, siente que también él las tiene que jugar. 

¿Por qué crees que en esa época dos periodistas llegaron a tener tanto poder?

Yo creo que parte del éxito es que en ese momento habían solo tres cadenas o cuatro de televisión y tres o cuatro emisoras de radio. A día de hoy hay plataformas, hay podcasts, hay muchísima más oferta... pero en ese momento lo que decían esos personajes iba a misa y tomaban decisiones a cualquier esfera, ya fuese social o política. A día de hoy es impensable. Y luego fueron dos periodistas que innovaron. Se inventaron una forma nueva de hacer radio mucho más salvaje, con unas prácticas muy extremas, pero a la vez muy atractivas. Por eso tenían a la gente enganchada de doce a una de la madrugada. Porque eran capaces de, si querían un invitado, ir a su casa y descolgarle el teléfono para que comunicara tres horas seguidas y no lo tuviera la competencia. A día de hoy sería imposible porque todo se ha diversificado muchísimo. 

En las entrevistas habláis de García y De la Morena con la boca pequeña, ¿Llegasteis a hablar con ellos antes de empezar a grabar?

Javi [el actor Javier Gutiérrez] trató de contactar con García pero estaba en Marbella y no se terminaron de encontrar. Y también hubo un momento la voluntad de cenar con De la Morena antes de empezar a rodar la serie, pero al final nos atropellaron los ensayos y no sé dio. Pero no es por una cuestión de miedo. Yo creo que en algún momento nos encontraremos con ellos o esta gente hará referencia al proyecto. Y veremos qué tal. Y ojalá les guste a ellos y al resto de periodistas y espectadores en general. No hay un miedo hacia ellos. Pero sí curiosidad para ver qué les parece. Pero insisto, estamos retratando un periodo pero esto es ficción.

¿Tu papel no está inspirado en Ramón de la Morena?

Mi personaje es un mix de muchos periodistas de la época. Paco González, Juanma Castaño, Manolo Lama… Hay pequeños detalles de todos. No sé, De la Morena utiliza un piloto verde todo el rato y pedí un piloto verde porque me gustaba hacer el guiño. Paco González no paraba de beber coca cola light siempre y mi personaje bebe coca cola light todo el rato. Son detalles pequeños que no pasarán desapercibidos para la gente que vivió esa época.

Más allá de la serie, ¿Qué papel ha jugado el fútbol en tu vida?

Supongo que era más aficionado de más jovencillo. Mi abuelo me llevaba al Camp Nou con ocho años porque teníamos carnets. Yo he vivido el Barça del Dream Team en el Camp Nou. Es algo que me marcó infinito. Y luego supongo que tuve una segunda falera futbolística con el Barça de Guardiola como todos. Pero siempre he sido y seré culé. La cuestión, y aquí en Madrid lo digo mucho, es que soy futbolero pero no soy forofo. Sigo el Barça a partir de octavos de la Champions, la recta final de LaLiga y me veo algún clásico. Pero puedo vivir perfectamente sin fútbol o ir al cine si juega el Barça. Ahora más que nunca. 

Si hiciéramos un símil con una relación, ¿en qué momento estaría la tuya con el Barça? 

En un matrimonio con muchos años de convivencia pero que se lleva muy bien. Podemos convivir perfectamente. Está todo muy hablado y asentado [sonríe]. 

¿Cuál fue tu jugador favorito del Dream Team?

Hombre, a mí por el look y por todo me llamaban Bakero. Me acuerdo que jugando a fútbol era Bakero cien por cien. Pero habían muchos que me gustaban desde Stoichkov a Koeman en su momento. Es que claro fue el periodo del gol de Wembley. Recuerdo tener las botas Adidas predator de Koeman, que era una edición con unos bultillos de goma para hacer la rosca de Ronald.

¿Entiendes que los jóvenes estén perdiendo interés por el fútbol?

Yo creo que también formo parte de una generación que se ha desencantado un poco del fútbol. No sé si es que yo he dejado de ser tan ingenuo. Yo creo que es una mezcla de ingenuidad perdida y después que se ha transformado en un mundo muy salvaje. Mira la Superliga. Es un ejemplo del business y de la voluntad de enriquecerse de unos cuantos y de apartar a una serie de clubes honrados que tratan de hacerlo lo mejor que pueden y que también quieren aspirar a ganar títulos. Y luego LaLiga termina siendo una especie de competición donde solo compiten cuatro cada año y pierde emoción la cosa.

Si tuvieras que reencarnarte en un futbolista ¿Cuál escogerías?

¡Uau!… [Se lo piensa]. Mira, me reencarnaría en Julio Salinas solo para saber cómo hacía esos goles de carambola, que la metía dentro con una pifia. No entendía nada. Pero era un tío que siempre estaba ahí y no sabías cómo pero la terminaba metiendo dentro. En Julio Salinas, seguro.