Historia SPORT

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Estrellas que no 'quisieron' marcar una época

Algunos jugadores que desperdiciaron su talento para marcar una época

Algunos jugadores que desperdiciaron su talento para marcar una época / sport

En el mundo del deporte estamos hartos de ver a jóvenes con unas condiciones inmejorables tirar por la borda todo su talento y desaprovechar una oportunidad única de marcar una época. Ya sea por entornos conflictivos, por lesiones inoportunas o porque no están capacitados mentalmente para lidiar con la fama y con los elogios de dos mundos tan delicados como son el deporte de élite y la fama. Lo hemos visto en incontables ocasiones en la NBA, con números uno del ‘draft’, con diamantes que explotan en su etapa universitaria y son incapaces luego de dar el salto y transformar en éxito todo lo que atesoran.

¿Cuántas veces nos hemos cansado en el mundo del fútbol de ver desperdiciar una calidad tremenda a jugadores que han llenado portadas y se han llevado los premios de precocidad más importantes y luego han dado más que hablar por asuntos extradeportivos que por su rendimiento sobre el verde? Seguro que si todos en casa nos ponemos a darle al ‘coco’ nos salen muchos. Muchísimos. ¡Qué desperdicio!

UN CÓCTEL DE FAMA, INDISCIPLINA Y LESIONES

Los que ya rozamos la treintena podemos sacar una lista bastante contundente y repleta de nombres propios que nos embelesaron con sus primeras puestas en escena y que terminaron (muchos siguen) arrastrándose en equipos pequeños y desapareciendo del mapa o solo apareciendo en él por escándalos. Porque la fama es peligrosa y sin una buena base y asesoramiento puede convertirse en una bomba de relojería.

Estoy convencido de que me dejaré a muchos y que cuando leáis esto os vendrán un porrón más a la cabeza, pero vamos intentar recopilar esa ristra de nombres de estrellas fugaces, de jugadores que no quisieron o no supieron marcar una época cuando lo tenían todo para ello.

Alexandre Pato:

Es uno de los ejemplos más claros de todo esto. Seguramente muchos recordaréis a Pato por aquella exhibición frente al Barça en el Mundial de Clubes de 2006 con apenas 17 años. Jugaba en el Internacional de Porto Alegre y todo el mundo coincidía en que iba a marcar una época. Pero no fue así. En el Milán vivió unas primeras temporadas esperanzadoras y llegó a sonar con fuerza para fichar por el cuadro azulgrana, pero poco a poco se fue diluyendo. En San Siro acabó relegado a la suplencia y volvió a Brasil con 24 años (Corinthians). No recuperó aquellas primeras sensaciones nunca. Parece que ha pasado un mundo, pero actualmente cuenta aún con 30 años y está en el Sao Paulo.

Anderson:

Una de las promesas brasileñas más firmes de los últimos tiempos, el centrocampista, criado en Gremio, fichó muy joven por el Porto y ahí despuntó como uno de los jóvenes con más proyección del momento. El United pagó por él casi 32 millones de euros en 2007, una cifra por aquel entonces nada desdeñable. Ahí arrancó funcionando y jugando (acabó disputando 166 partidos), pero luego se diluyó. Fiorentina, Inter de Porto Alegre, Coritiba, Demirspor turco y retirada. Tiene solo 31 años.

Gourcuff:

Pura elegancia, el francés se convirtió en uno de los valores más firmes del fútbol francés allá por 2006. Salido de la cantera del Rennes, el Milan apostó por él, pero no cuajó en la Serie A. Recuperó sensaciones en el Girondins de Burdeos, que lo adquirió por casi 14 ‘kilos’, y le sirvió para que un grande de Francia como el Lyon pagara otros 22 por él. Pero nunca volvió a ser el mismo. A orillas del Ródano se ahogó. Actualmente sin equipo tras dejar el Dijon hace un año.

Halilovic:

Apodado el ‘Cruyff de los Balcanes’, este croata zurdo y habilidoso tenía una pinta buenísima cuando el FC Barcelona decidió hacer un importante dispendio (5 millones) cuando apenas tenía 16 años. En el filial azulgrana no creció lo que se esperaba y comenzó una ‘tournée’ de cesiones, traspasos y cambios de equipos. Actualmente tiene solo 23 añitos pero ha jugado ya, ojo al dato, en ocho clubes distintos. Ahora, en el Heerenven.

Ben Arfa:

Uno de esos ‘bad boys’ del mundo del fútbol que provoca algo tan complicado como es siempre ponerse de acuerdo. De acuerdo en que ha tenido (y tiene) una calidad brutal, una conducción tremenda y unas condiciones innatas perfectas, pero que lo ha desperdiciado únicamente porque ha querido. Indisciplinas, escándalos, tono físico lamentable, cero sacrificio. Más no ha podido poner de su parte para no triunfar a pesar de que hasta hace nada el PSG apostó por él. Actualmente está en el Valladolid, donde apenas ha jugado 24'.

Jack Wilshere:

En el caso de Jack su mayor lastre han sido las lesiones. Apuntaba a marcar una época tanto en el Arsenal como en la selección inglesa, pero su tobillo literalmente no le ha dejado. Cesiones al Bolton y al Bournemouth para intentar recuperar sensaciones y actualmente ya en propiedad en el West Ham (ha jugado apenas ocho partidos este curso), da bastante pena lo que le ha sucedido. Tiene 28 años y aún no pierde la esperanza.

Bendtner:

Otro joven talento del Arsenal. El danés tenía todas las condiciones para ser un delantero poderoso, un titán del área con grandes condiciones físicas y técnicas, envergadura, todo. Un sinfín de problemas extradeportivos (salvó la cárcel de milagro hace un par de años) no le han ayudado precisamente a triunfar. En el Arsenal no pudo cuajar y después lo ha intentado en Sunderland, Juventus o Wolfsburgo. Actualmente sin equipo tras acabar en el Copenhague, donde se formó.

Mario Balotelli:

¿Qué podemos añadir o decir sobre Balotelli que no se sepa? El italiano de origen ghanés iba encaminado a ser uno de los mejores futbolistas que salían del país transalpino de las últimas décadas. Siendo apenas un niño comenzó a destacar y a marcar goles con el Inter. Un físico portentoso y una calidad técnica y de golpeo brutales así lo auguraban. Pero optó por dar prioridad a su lado rebelde. Ha mantenido una lucha acérrima contra el racismo y por ello se ha visto envuelto en situaciones desagradables. Muy loable y totalmente lícito, sin duda. Pero en relación a su rendimiento, nunca ha podido explotar al 100% a pesar de haber tenido buenos momentos en el propio Inter, Manchester City o Milan. Ahora en el Brescia pasando con más pena que gloria.

Ryan Babel:

Salió muy joven del Ajax y el Liverpool pagó por él más de 17 millones en 2007. Una apuesta que no le salió nada bien a la entidad ‘red’. No respondió a sus altas expectativas, le vino grande y jamás pudo adaptarse. A partir de ahí, deambuló por Hoffenheim y Turquía. Incluso tuvo un paso fugaz por el Deport. Volvió al país otomano y cuajó un muy buen año en el Galatasaray, lo que le valió para regresar a su club de origen, el Ajax. Allí está ahora (seis goles en 29 partidos).

Paulo Hernique ‘Ganso’:

Otra de esas perlas que salen de Brasil cada uno o dos años y que parece que van a comerse el mundo. Técnicamente superdotado, siempre se le ha achacado una lentitud que le ha condenado, sobre todo en Europa. Tardó, de hecho, en dar el salto al viejo continente. Mucho más de lo que suelen hacer sus compatriotas, que cruzan el charco muy jóvenes. Lo hizo para ir al Sevilla, ya con 27 años. No cuajó. Pasó por Francia y actualmente juega en el Fluminense.

El Shaarawy:

El exotismo del italiano de origen egipcio y su irrupción en el Génova en 2010 hicieron que el Milan apostara muy fuerte por él (más de 15 ‘kilos’). Allí jugó hasta 2015 alternando buenas actuaciones con decepciones hasta que el club lombardo decidió cederlo al Mónaco. Ya no volvió a despuntar a pesar de que en la Roma ‘rebrotó’ un poco y la entidad ‘giallorrossa’ decidió comparlo en 2016. Lo vendió hace menos de un año al Shenua chino por 16 millones. Ahí sigue.