Cómo Didier Drogba ayudó a detener la guerra civil en su Costa de Marfil natal

Didier Drogba, mucho más que un futbolista en Costa de Marfil

Didier Drogba, mucho más que un futbolista en Costa de Marfil / AFP

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A menudo los futbolistas parecen vivir en un mundo aparte, aislados por el dinero y la fama. Pero no siempre es así. La noche del 8 de octubre de 2005, la generación más talentosa que jamás a dado el fútbol marfileño dio un paso al frente para evitar que la guerra prendiera de nuevo en su país. A la cabeza, Didier Drogba, incombustible líder dentro y fuera del campo. 

Vayamos paso a paso. Una guerra civil dividió al país africano en 2002, con el presidente Laurent Gbagbo al mando de la zona sur y la facción rebelde conocida como 'Las nuevas fuerzas de Costa de Marfil', liderada por Guillaume Soro, asentada en el norte. La violencia sin cuartel inicial dio rápidamente paso a un atrincheramiento a lo largo de la división norte-sur. En 2004, la mayoría de los combates habían decaído, pero las tensiones prendieron de nuevo en 2005. 

En paralelo, el fútbol africano decidía a sus representantes en el Mundial de 2006 en Alemania. Costa de Marfil, un punto por dentrás de Camerún, llegaba con opciones de clasificarse por primera vez para la Copa del Mundo. Ambas selecciones jugaban el 8 de octubre a la misma hora. Camerún, en EgiptoCosta de Marfil, en Sudán. La jornada decisiva.

'Los Elefantes' despacharon su encuentro por la vía rápida ante un rival menor, pero a 'Los Leones indomables' se les atragantaba el partido. Se adelantaron, pero Egipto empató a 20 minutos del final. Finalizado ya su encuentro, los marfileños siguieron pegados a la radio cómo el colegiado señalaba un penalti a favor de Camerún en el 94'. El sueño parecía desvanecerse... pero Pierre Womé disparó al palo. Y estalló la locura, se desataron los festejos. 

Al otro lado del continente, Costa de Marfil se sacudía tras lograr por primera vez el billete para la Copa del Mundo. Sin embargo, el sismo de mayor escala estaba aún por llegar. Y no sucedió sobre el verde, sino en el estrecho vestuario del estadio sudanés de Al-Merrikh. Una cámara se coló para seguir las celebraciones marfileñas, pero entonces Drogba tomó la palabra. 

"Hombres y mujeres de Costa de Marfil", comenzó en el centro de la imagen, rodeado de sus compañeros. "Desde el norte, el sur, el centro y el oeste, demostramos hoy que todos los marfileños pueden coexistir y jugar juntos con un objetivo compartido: clasificarse para la Copa del Mundo".

"Les prometimos que las celebraciones unirían a la gente, hoy le suplicamos de rodillas", y en ese momento, los jugadores se arrodillaron. "El único país en África con tantas riquezas no debe descender a la guerra. Por favor, dejen las armas y celebren elecciones", instó Drogba"Queremos divertirnos, así que deja de disparar tus armas", cantaron alegremente los futbolistas una vez finalizado el breve discurso. 

El cambio no fue instantáneo, pero el discurso del delantero del Chelsea empapó al país. Se reprodujo en la televisión de forma interminable como si su repetición fuera suficiente para detener la violencia. Aunque este no fuera el único factor, el cambio se produjo. Ambas partes acercaron posiciones, se sentaron a negociar y firmaron el alto al fuego.