La CBF llama a Luis Enrique

Luis Enrique es la bomba que la Confederaçao Brasileira de Futebol (CBF) esta preparando para revolucionar una Seleçao alicaída después del sonoro fracaso en Qatar 2022, donde, dirigida por el ahora denostado Tite, fue apeada en los cuartos de final. El exentrenador del Barça es hoy el máximo favorito para asumir la' canarinha' en este inicio de 2023.

El presidente de la Confederaçao, Ednaldo Rodrigues, se incorpora este jueves a sus funciones tras haber disfrutado de unos días de vacaciones. Entre los asuntos urgentes a resolver es el nombre del nuevo seleccionador, que ya, en la fecha FIFA del mes de marzo, tendrá sus primeros compromisos.

El dirigente bahiano, que está en el cargo desde marzo del año pasado, quiere zarandear el fútbol brasileño, para ello, tiene asumido que romperá la norma de tener un seleccionador local y ya ha ido al mercado internacional.

Su primera opción siempre ha sido Pep Guardiola, pero el técnico catalán no está por la labor de dejar su Manchester City, ahora que cuenta con una súper estrella, Erling Haaland, con la que espera conquistar, finalmente, la Champions League.

A partir de aquí, se abrió un segundo escenario en el que hay Carlo Ancelotti (que no se irá del Madrid hasta que Florentino Pérez lo eche), José Mourinho y el propio Luis Enrique.

Y de todos ellos el exseleccionador español  es el que ha ganado más fuerza. En Brasil, a diferencia del linchamiento sufrido por parte de la Caverna, Lucho es un nombre respetado por su trayectoria en el banquillo de la Roja y, anteriormente, con el Barça donde conquistó un Triplete.

Se le valora la valentía por alienar los jóvenes -lo que es un elemento clave en el proceso de rejuvenecimiento de la verderamarela que cuenta con una excelente cosecha sub20-, su apuesta innegociable por el juego ofensivo y su liderazgo.

Los pesos pesados de la Seleçao ya se han encargado de filtrar que estarían por la labor de contar con el actual entrenador del Fluminense, Fernando Diniz, a quien a lo largo de su carrera lo han apellidado como el 'Guardiola brasileño'. A favor suyo, hay su juego posicional y la plasticidad de sus equipos, en su contra, y esto puede pesar mucho, está el hecho de no haber conquistado nunca un título.