El terrorífico escenario al que se enfrenta el fútbol femenino

Todo lo que debes saber sobre la huelga de fútbol femenino

Ramón Fuentes

Este fin de semana volverá a rodar el balón los estadios de la Liga Iberdrola, la última antes del parón por el compromiso de la selección de Jorge Vilda del 9 de noviembre, siete días antes de la huelga convocada para el fin de semana del 16-17 de noviembre en la Primera división femenina.

Dos fechas de esta próxima semana podrían propiciar que esta se desconvoque. La primera es la reunión convocada el martes 5 por el Ministerio de Trabajo y el CSD con todas las partes. Un día más tarde es la RFEF quien ha citado a clubes y sindicatos a todos en la Ciudad del Fútbol. En caso de que la Federación optara por subvencionar o ayudar a los clubes económicamente, no olvidemos que según la Ley del Deporte no puede hacerlo por más de dos años. En ese caso debe solicitar la autorización al CSD.

Reuniones al margen, y en caso de seguir adelante la convocatoria de huelga, debemos situarnos bajo una óptica de especial importancia para la competición. La huelga es un derecho que todo trabajador puede o no ejercer. Es decir no todas las futbolistas pueden acudir a la misma.

No estamos ante una suspensión de una jornada, luego todos los campos donde estén previstos partidos ese fin de semana deberán abrir sus instalaciones y la RFEF deberá convocar a las árbitras a que acudan al mismo. Será una vez lleguen, y cuando no se llegue al mínimo exigido de siete jugadoras por cada equipo, cuando deberá levantar acta dando de la incomparecencia de los dos clubes. Es más, esta jornada de huelga ya no se puede recuperar en ningún momento a lo largo de la temporada.

Y la normativa actual del Código Disciplinario es clara al respecto en los casos de incomparecencia. El artículo 77 expone que en estos casos "se computará el encuentro por perdido al infractor, descontándole además tres puntos en su clasificación, declarando vencedor al oponente, por el tanteo de tres goles a cero". Dado que la incomparecencia es de los dos, y será inicialmente de todos los clubes de la competición, se debe descontar tres puntos a todos los clubes de la clasificación.

Dos jornadas de huelga

Pero el problema radica si se ejerciera una segunda jornada de huelga porque nos situaría en un escenario de una segunda incomparecencia. Y aquí también la normativa es bien claro en ese  mismo artículo 77. "En el supuesto de una segunda incomparecencia en la misma temporada. El culpable será excluido de la competición, con los efectos siguientes

a) Siendo la competición por puntos, se respetarán todas las puntuaciones obtenidas por los demás clubs hasta el momento, y en el resto de los encuentros a celebrar se dará por vencedor a los oponentes por el resultado de la media de los goles encajados por el equipo excluido". Es decir estaríamos ante una situación realmente compleja donde la RFEF se vería obligado a tener que expulsar a todos los clubes de su competición. 

La RFEF podría intentar solventar este escenario terrorífico anulando las dos jornadas. Algo que podría dar pie a dos situaciones. Por un lado a que fueran las propias jugadoras quienes lo denunciaran porque entonces no se reconocería su derecho a la huelga. Y por otro que fueran los propios clubes de Segunda quienes lo denunciaran porque se les privaría de poder ocupar esa plaza vacante que deja el club por esta segunda incomparecencia.

Y todo esto en un escenario donde los clubes no van a aceptar las amenazas de las jugadoras. No piensan moverse de su postura. Varios son los motivos. Por un lado porque entienden que actualmente están muy por encima de sus posibilidades. Ya la temporada 18-19 incrementaron en un 40% su masa salarial respecto a la anterior y en esta 2019-2020 esta masa salarial ha crecido en un 35% respecto a la anterior. Ahora mismo esta masa supera en gran medida los ingresos ordinarios de la gran parte de los clubes femeninos.

La Asociación de Clubes sólo apuesta por un modelo como el que vienen defendiendo con una cobertura de un 50% de la jornada que permita compatibilizar su práctica deportiva con otra actividad profesional. Como sucede en clubes como el Rayo Vallecano y está recogido en convenios colectivos de otras ligas femeninas.

Veremos pues que sale de las dos reuniones de esta semana con el gobierno y la Federación Española de Fútbol. Porque, de lo contrario, el escenario en el que se encuentran los clubes y la competición es realmente preocupante.