La maldición del Balón de Oro femenino

Antes de la lesión de Alexia Putellas, jugadoras como Rapinoe o Hegerberg sufrieron desgracias tras ganar el premio

La noruega Hegerberg, primer Balón de Oro en mujeres, estuvo lesionada casi dos años tras recibir el galardón

Ada Hegerberg, primer Balón de Oro femenino

Ada Hegerberg, primer Balón de Oro femenino

SPORT.es

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Hay premios que parecen gafados, y el Balón de Oro femenino comienza a ganar una seria reputación al respecto. Más, tras la desgraciada lesión de la catalana Alexia Putellas, última jugadora galardonada con el premio y que ha sufrido una seria lesión de rodilla en vísperas de la Eurocopa.

Pero antes que la estrella del FC Barcelona, otras jugadoras que recibieron el Balón de Oro también sufrieron después un frenazo en sus carreras.

La primera jugadora que se llevó el premio fue la noruega Ada Hegerberg, en el año 2018. Ya resultó polémica la gala por la lamentable broma machista que el presentador del premio le espetó, preguntando a la futbolista si "sabía perrear". Pero después llegó lo peor, cuando la delantera del Olympique de Lyon vio cómo su carrera se frenaba en seco a causa de una serie de lesiones que la mantuvieron en el dique seco casi dos años.

A partir de enero de 2020, Hegerberg estuvo en el dique seco durante 21 meses. Primero a causa de una rotura del ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha, y posteriormente con dos fracturas por estrés en la tibia izquierda. Pese a estos problemas físicos, la escandinava mantiene la confianza de su club e incluso ha visto ampliado su contrato hasta el año 2024. Ada Hegerberg participará en la Eurocopa 2022 de este verano con su país.

Otra jugadora que sufrió esta 'maldición' es la estadounidense Megan Rapinoe. Una de las estrellas más conocidas del fútbol femenino, bien a través de su juego o de su activismo para promover la igualdad entre hombres y mujeres, fue un pilar de la selección estadounidense durante el Mundial de 2019 ganado por su país, y la mediocampista tuvo el honor de recibir el Balón de Oro durante ese mismo año.

A partir de ahí, su carrera ha declinado dentro del terreno de juego. Ya casi no juega. En 2020, muy ocupada por sus luchas políticas y sociales, la estadounidense no jugó un solo partido con su equipo, OL Reign y desde ese momento su nombre está más ligado a sus . luchas sociales que al fútbol en sí.