La versatilidad del Barça de Giráldez

A Jonatan Giráldez no le gusta hablar de posiciones sino de roles en el campo. Según las jugadoras que tiene disponibles y las necesidades de cada partido dependiendo del rival, el técnico azulgrana utiliza a unas u otras. Ha conseguido que no se noten algunas ausencias importantes y que el equipo juegue siempre con la misma idea. Su sello propio es la versatilidad.

En su discurso es habitual escuchar que quiere encontrar la mejor versión de cada futbolista y eso pasa por encontrar el rol que puede tener cada una en cada contexto, haciendo que todas ellas puedan sentirse igualmente importantes y preparadas para las grandes citas.

Crnogorcevic, Mariona, Pina y Jana, las más polivalentes

Desde que cogió el timón del equipo en verano de 2021, Giráldez ha probado a varias jugadoras en distintas posiciones. En la plantilla actual cuenta con una gran mayoría de futbolistas que pueden cumplir con creces en dos posiciones y cuatro de ellas lo pueden hacer en más de tres.

Crnogorcevic es el comodín perfecto para el técnico vigués. Ha jugado de lateral derecha y zurda, de extremo derecha y de punta. Pero también entran en esta selecta lista Mariona (extremo, interior y punta), Pina (extremo, interior y punta) y Jana (lateral y central, derecha y zurda).

Con Giráldez hemos descubierto a la Engen central (pivote), a la Bruna interior (punta), la Geyse extremo (punta), la Bronze interior (lateral), la Walsh interior (pivote) y hemos vuelto a ver a Patri de interior (pivote). Torrejón también ha jugado de central y Salma en las dos posiciones de extremo y de punta. Y Alexia y Aitana, en ocasiones contadas, de extremos.

La reconversión de Rolfö

Pero si hay una jugadora cuya explosión lleva su sello ese es el de Fridolina Rolfö. Con Giráldez ha pasado la sueca de ser una buena extremo a convertirse en una de las mejores laterales del mundo. Llegó en una posición bien cubierta y el vigués aprovechó sus cualidades para explotarla como lateral y perfilar su técnica. Ahora es pieza clave del equipo.

Un engranaje automático

Más allá de esta polivalencia individual, lo que caracteriza a este equipo es la versatilidad colectiva. En los partidos no hay posiciones fijas, las jugadoras se mueven por varias zonas del campo y desempeñan distintos roles según lo pide el partido, y lo hacen como un engranaje que funciona de manera automática.

Esto permite una circulación del balón rápida y que el juego sea más fluido y menos previsible. Y el equipo, más capaz de adaptarse a cualquier contexto en los primeros compases de los partidos. Así, el técnico cuenta con infinitas opciones y siempre igual de competitivas.