Que siga la fiesta

De exhibición en exhibición. De récord en récord. El Barça destrozó al Wolfsburgo en un partido excelso que acerca a las azulgranas a la final de Turín

El Camp Nou vibró más aún que el día del Clásico y se logró un nuevo récord mundial

Fiesta en el Camp Nou tras la goleada al Wolfsburgo

Fiesta en el Camp Nou tras la goleada al Wolfsburgo / DAVID RAMÍREZ

Miki Soria

Miki Soria

El Camp Nou volvió a vivir una jornada histórica. Si hace apenas tres semanas el coliseo azulgrana empujó al Barça femenino hacia las semifinales de Champions, logrando un récord histórico de público, esta vez no solo volvió a hacerlo, sino que lo superó. Los 91648 espectadores -nuevo récord mundial- congregados en las gradas del Camp Nou llevaron en volandas a las futbolistas azulgranas hacia prácticamente la final de Turín del próximo 21 de mayo.

El ambiente, nuevamente impresionante, sorprendió de primeras a un Wolfsburgo que no había vivido nada igual. Si bien es cierto que alguna de sus futbolistas ya sabía lo que era jugar ante tantos espectadores, la mayoría de las ‘Lobas’ no había experimentado esa sensación y el Barça lo aprovechó para sacar su rodillo y dejar ‘groggy’ a su rival. Cuando el Wolfsburg se dio cuenta, ya iba 2-0 abajo tras los goles de Aitana y de una espectacular Caroline Graham Hansen.

El partido solo tuvo color azulgrana. Las futbolistas entrenadas por Jonatan Giráldez sacaron el manual de lo que es el ADN Barça y destrozaron a su oponente, que apenas tuvo un par de ocasiones destacables durante los 90 minutos. Lideradas por el tridente del centro del campo formado por Patri Guijarro, Alexia y Aitana, las azulgranas movían el balón rápido, llevando el tempo del partido y sabiendo encontrar huecos donde no parecía haberlos. Ya fuera por fuera con Hansen y Crnogorcevic muy activas, como por dentro con Jenni Hermoso como ‘falsa 9’ y las interiores llegando con facilidad al área. Así llegaron los goles de Jenni y Alexia antes del descanso para desatar la locura en un Camp Nou entregado.

Atrás quedaban los fantasmas del pasado. En la mente de toda la plantilla estaba el fatídico cruce de semifinales de la Champions de 2020, en el que el Barça cayó por la mínima después de desperdiciar decenas de ocasiones claras. Fue ese día en el que Alexia dejó para la posteridad la frase “No hay distancia” para reivindicar que el Barça, pese a perder, había demostrado estar ya al nivel de las mejores. Un vaticinio de lo que se vio después con la conquista del triplete y, por si había dudas, con el triunfo ante su último verdugo en Europa. Dos años después de aquel día, todo ha cambiado y el resultado logrado ante el Wolfsburgo hizo justicia a lo que se vio sobre el campo.

Ahora la distancia la marca el Barça, que pese a recibir un tanto que dio ligeras esperanzas de cara a la vuelta al Wolfsburgo, culminó su venganza con un quinto tanto de Alexia, que desató la locura final en el Camp Nou.