El City apretó, el Barça no dudó

En Manchester sabían que ni el partido perfecto les podría bastar. Gente cercana a la plantilla ‘sky blue’ se conformaba con plantear en el Academy Stadium la batalla que no se vio en Monza. Pero a la hora del partido lucía un sol de justicia en el norte de Inglaterra, y en Manchester si ven eso ya no descartan que cualquier cosa pueda pasar.

La respuesta táctica de Gareth Taylor en la vuelta fue, primero, tratar de reducir a Graham Hansen. Después, dar las manijas del equipo a la dupla americana que conquistó el mundo en 2019, Lavelle y Mewis. Fueron superiores en el primer tiempo, tomando todos los riesgos posibles, pero no consiguieron lo primordial: que el Barça se tambaleara.

Las de Lluís Cortés no dudaron ni un momento, una clara muestra de madurez. Transmitieron ser conscientes de que les tocaría sufrir en varias fases, pero seguridad en que llegaría su momento. “¡Vamos a tener una posesión larga!”, gritaba Sandra Paños cuando más apretaban las locales. El City trataba de ahogar. Mientras, Mapi León salía tocando desde atrás sin titubear. O bien aparecía Alexia Putellas, protegiendo el balón bajo la presión feroz, para acabar encontrando escape con una línea de pase. La confianza de quién cree en lo que hace. Las azulgranas supieron respirar, y en cuanto bajó el sol, atizaron para devolver la eliminatoria en su sitio.

Las carreras de Oshoala eran una amenaza constante. Sólo les faltaba que alguien les pusiera tiempo y orden. Se lo dio en la segunda mitad la fe de Patri Guijarro en la presión. El City demostró tener nombres y plantilla para intentar poner problemas a tres goles de margen. El Barça, un proyecto con fundamentos que no deja de caminar hacia delante.