Historia SPORT

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En las buenas y en las malas

La afición del FC Barcelona recibió a las subcampeonas con un pasillo en su llegada a la Ciutat Esportiva

Las jugadoras, que saben que están en deuda con su público, respondieron con aplausos el cariño recibido

Los aficionados del Barça reciben a las jugadoras en la Ciutat Esportiva

Los aficionados del Barça reciben a las jugadoras en la Ciutat Esportiva / MARIA TIKAS

Maria Tikas

Maria Tikas

En una temporada de récords para el FC Barcelona, la afición ha demostrado ser la jugadora número doce en las grandes citas. Dos récords mundiales de asistencia en el Camp Nou y un desplazamiento masivo a Turín que evidencian que el cambio social que vive la mujer en el deporte es una realidad.

Si hay una palabra que define a los seguidores azulgranas esa es fidelidad. Muchos de ellos ya estaban cuando el femenino jugaba en el Miniestadi y no aspiraba a llegar lejos en Europa. Y el crecimiento del equipo y los éxitos logrados en los últimos años, así como la cercanía de las jugadoras con su público, han hecho que más y más gente se enganche y se sienta parte de ello.

Una hora de aplausos

No es de extrañar, pues, que los más de 15.000 culés que estuvieron en el Juventus Stadium no dejaron de animar a las jugadoras del Barça hasta que abandonaron el estadio. El 'We are the Champions' mientras el Lyon levantaba su octava Copa de Europa quedó eclipsado por más de una hora de aplausos de la afición azulgrana.

Y ya llevaban todo el día haciéndose notar por las calles de Turín. Las futbolistas, que reconocieron haber sentido toda esta energía, respondieron acercándose a la grada al terminar la final, agradeciendo a la afición entre lágrimas su apoyo incondicional y firmando algunos autógrafos.

Con la camiseta puesta

En su vuelta a casa, los aficionados no se quitaron la camiseta del Barça. Los aeropuertos de Turín y Milán estaban repletos de culés que querían lucir orgullosos los colores de su equipo. Eso sí, no podían disimular la tristeza que sentían tras la derrota. Entre lágrimas, la palabra más repetida era "Volverán". Y otros, con impotencia, afirmaban que "son mucho mejores que esto".

Recibimiento en Barcelona

Tampoco fallaron los más fieles en la llegada de las jugadoras a la Ciutat Esportiva. Algunas, como Andrea y Laura, venían directamente del Camp Nou, donde las había dejado el bus que volvía de Turín. Apenas habían dormido un par de horas durante el trayecto, "dándole vueltas a la cabeza y analizando qué pasó". Todas coincidían que, a pesar de la derrota, la experiencia había sido "increíble", porque "ibas por la calle y parecía Barcelona, yo hablaba catalán con la gente". Otras, como Carla, no habían podido desplazarse al Piemonte para disfrutar del partido pero, aseguró su madre, "venir aquí es la manera de mostrarles nuestro apoyo. Si hemos estado en las buenas teníamos que estar sin duda en las malas".

Cuando apareció el bus de las jugadoras, los aficionados que las esperaban en la puerta del Johan Cruyff se situaron en el borde del callejón y se organizaron para formar un pasillo. Empezaron a cantar el himno y a alzar banderas, bufandas y camisetas. El conductor hizo sonar la bocina para hacerles saber que los estaban escuchando.

Una vez las subcampeonas cruzaron la puerta de entrada, los aficionados empezaron a correr y a dar la vuelta al Estadi Johan Cruyff para desplazarse hacia la puerta por donde iban a salir las jugadoras en sus respectivos coches y volvieron a formar un pasillo para despedirlas y animarlas. Hansen, Mapi, Alexia, Aitana, Rolfö, Mariona, Leila, Oshoala... Todas, aunque visiblemente afectadas, respondieron con la cabeza y aplausos. Saben que están en deuda con la afición y tienen claro que les devolverán todo el cariño recibido.