Puede perder el riñón por un golpe con una portería anexa: ¿Hasta cuándo?

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Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Jugar a fútbol y darse golpes, topetazos, caerse, rascarse con el roce con el césped. Son cosas que pueden pasar en la práctica de este maravilloso deporte que muchas veces practicamos sin esperar nada cambio. Nada más allá de adrenalina, competición y el ambiente del vestuario. Porque tiene un componente adictivo difícil de describir y de entender para los que no están en la órbita. Somos conscientes de que exponemos nuestro cuerpo a posibles lesiones, dolencias que pueden afectarnos en nuestro día a día. Pero aún así, no renunciamos a ello.

Pero el 'masoquismo' tiene unos límites. Una cosa son los males que puedan surgir del contacto físico y otra muy distinta los derivados de la incosciencia de unos o del no cumplimiento de unas mínimas medidas de seguridad. Nos explicamos.

Este pasado domingo 7 de enero, en el Municipal Xevi Ramón de Vilassar, se disputaba el partido correspondiente a la jornada 16 del Grupo 4 de Tercera Catalana entre Villassar de Mar B y Calella. A poco de comenzar el segundo tiempo, el jugador local Cristian Martín, en un fuerte encontronazo con un futbolista rival cerca de la banda, golpeaba violentamente con su cuerpo una de las porterías de fútbol que se encuentran dentro del campo (en Vilassar, como en tantos otros campos de España y del mundo del fútbol, los partidos de fútbol siete se juegan dentro del campo de fútbol 11 para economizar espacio). Al parecer, la portería no estaba bien recogida y, además, no contaba con ningún tipo de protección, por lo que al fortísimo 'topetazo' de Cristian con uno de los palos cabe añadir que fue seco y 'limpio'.

"Cuando vimos que orinaba sangre nos empezamos a preocupar de verdad"

Las consecuencias para el jugador de 25 años fueron inmediatas y de muchísima gravedad. Una ambulancia se lo llevó al Hospital de Mataró aquejado de fuertes dolores en el costado y con el ojo sangrando ostensiblemente. "Nos pensábamos que como mucho se trataría de una costilla fracturada, pero cuando mi hijo me comentó tras intentar orinar que solo salía sangre nos empezamos a preocupar de verdad", comenta su padre a SPORT. Efectivamente, tras un examen breve, los médicos del hospital maresmense lo mandaron rápidamente a Can Ruti, un centro dedicado a urgencias de gravedad y que cuenta con urólogos especializados de guardia. Una vez alli, llegaron las malas noticias para la familia Martín Vidal: Cristian tenía el riñón literalmente partido y había que actuar con celeridad para evitar tener que extirpárselo.

El mismo domingo por la noche fue intervenido el joven (tenia una fuerte hemorragia interna). Pero el lunes volvieron las complicaciones y los médicos tuvieron que volverlo a operar: el problema reside en que el hematoma que tiene en la zona afectada es tan grande que si le tuvieran que extirpar el riñón la intervención podría afectar a otros órganos.  "El doctor nos ha comentado que aún podemos decir que hemos estado de 'suerte', puesto que si el golpe, con la violencia que fue, se hubiera producido en la cabeza probablemente las consecuencias hubieran sido catastróficas", asegura el padre de Cristian, consternado, como no puede ser de otra forma, por la situación que está viviendo su hijo y la familia. 

Dicho esto, ahora toca hacer una profunda reflexión: son muchos, muchísimos, los campos de fútbol en España que no cuentan con ninguna medida de protección con estas porterías de fútbol siete que se encuentran sobre el mismo césped, a apenas un par de palmos de la línea de banda. Sí es cierto que muchos clubes, previsores, las cubren con lonas protectores para evitar fatalidades de este tipo, pero en este caso la poca rigidez de la Federación hace que muchos otros se columpien. Tampoco existe en el reglamento de la FCF, por ejemplo, ninguna norma sobre el asunto. Otro tema ya son las vallas de hierro interiores que separan el terreno de la grada. ¿En cuántos estadios continúan em pie a pesar de su gran peligrosidad?