Sonrisa de líder

Miki Juanola, santo y seña del fútbol base del Barça

Miki Juanola, santo y seña del fútbol base del Barça / Javi Ferrándiz

Albert Rogé

Albert Rogé

Miki Juanola es uno de esos jugadores que todos los entrenadores quieren tener en su equipo. Disciplinado, buen compañero y muy cumplidor dentro del terreno de juego. Una combinación perfecta que le ha acompañado durante sus cuatro años en la cantera del Barça. Sus primeros pasos en el mundo del fútbol fueron a los cuatro años. Si veías a Miki, siempre iba acompañado de un balón. Tanto era así que sus padres, Nuria y Jordi, no tuvieron otra opción que apuntarlo al XEF Lloret, una escuela de fútbol que no competía, solo entrenaba. La elección no fue casual. Sus padres no estaban preparados para viajar cada fin de semana para que compitiera. Sin embargo, con seis años lo llevaron al CF Lloret delante de la petición del pequeño Miki de querer competir. En esos tres años disfrutó muchísimo y se formó como jugador y persona. Tiene un gran recuerdo de esa etapa.

Después de estar tres años jugando en el Lloret, Miki se fue a la Fundación Privada Escola de Futbol Calella (club que ya no existe) para competir con los equipos de Barcelona. Allí fue donde el Barça clavó sus ojos en él y, tan solo dos años después, decidía incorporarlo al Alevín A. En el conjunto azulgrana se considera que el fútbol siete es la mejor edad para absorver el ADN del club y por ello lo querían fichar ese año.

Para el que lo ve de fuera, la vida en el Barça parece de fantasía. Pero no es así. Muchos jugadores se pasan horas y horas en un taxi que les lleva de casa a los entrenamientos y viceversa. Allí es donde muchos tienen que estudiar y hacer los deberes. Uno de ellos es Miki, que reside en Lloret. Durante esa multitud de viajes, compartía experiencias con Muniesa, del que aprendió mucho y sueña con jugar en el primer equipo del Barça como lo hizo él.

En el ámbito familiar, Miki es un chico muy cariñoso con los suyos. Los que le conocen hablan de él como un chico muy alegre que siempre intenta contagiar su sonrisa a los demás. Con el que tiene una amistad muy especial es con su hermano Jordi. Él es un fanatico de la escalada y en casa siempre compiten para ver quién es el más fuerte de los dos.

En sus ratos libres, Miki no deja el fútbol de lado. Es un fanatico de este deporte y se ve absolutamente todos los partidos que hagan en la televisión. No importan los equipos. No importa la categoría. Se los conoce a todos. Eso le ayuda en el terreno de juego. Partiendo desde el lateral derecho, es un puñal por la banda derecha y es una arma ofensiva del Cadete B. Además, siempre ha sido uno de los elegidos para lucir el brazalete de capitán. Él siempre ha demostrado ser un líder. El último ejemplo fue cuando viajó a Mallorca para asistir al funeral de la madre de su compañero Alejandro Ginard. Un detalle que muestra la grandeza de Miki Juanola Pastoret.