Oriol Soldevila, un futbolista sobre ruedas

Soldevila, en un partido con el Juvenil B

Soldevila, en un partido con el Juvenil B / David Ramírez

Albert Rogé

Albert Rogé

Estamos acostumbrados a que todos los jugadores del fútbol base tengan como ídolos a futbolistas como Messi, Xavi o Iniesta. Por ello, sorprende cuando te dicen otro que no es alguno de ellos. Pero aún sorprende más cuando te dicen que su ídolo deportivo no es un futbolista. Y aquí es cuando encontramos a Oriol Soldevila. El jugador del Juvenil B del Barça tiene como a su gran referente a Marc Márquez. No tiene mal gusto, no.

La elección de Márquez como referente no es casual. Y es que Oriol es un amante del mundo del motor. Desde los tres años que siempre ha ido sobre ruedas… hasta ahora. Cuando fichó por el Barça ya sabía que tendría que hacer uno de los sacrificios más complicados de su vida. No podía subirse a la moto. En el club azulgrana lo tienen prohibido y Oriol lo cumple a raja tabla a pesar de que era una de sus pasiones.

El gran “culpable” de ese amor por el mundo del motor lo tiene su abuelo Oriol Puig. Él fue el que le inculcó de pequeño su afición por el fútbol y las motos. Fue campeón de España de Enduro y Motocross y actualmente es el director de la Comisión Técnica de la Federación Internacional de Motociclismo. Casi nada.

Como decimos, Oriol siempre ha convivido con el motor y el fútbol. Su etapa formativa empezó en el fútbol sala. A los cinco años se inició en el Garbí, en una liga escolar. Allí, un entrenador del RCD Espanyol, le preguntó si quería hacer las pruebas para fútbol siete. Aceptaron y tuvieron que ir a comprarse unas botas solo para acudir a ese entrenamiento. En su casa lo recuerdan como una gran experiencia pero se dieron cuenta que eran mucho mejores que él. Esa fue su primera aparición en el fútbol siete y quiso seguir con la andadura en el Atletic Sant Just. Le fue bien y pronto llamaron a su puerta. El Cornellà era el más interesado pero prefería quedarse para seguir jugando con sus amigos. Hasta que llegó su temporada más complicada. Por problemas de crecimiento, no pudo jugar casi nada en su primera experiencia en el fútbol 11. Solo jugó los últimos partidos de liga. Pero eso fue suficiente para llamar la atención de Dani Pérez. Él fue el que confió en su progresión y se lo llevó al Cornellà para jugar en la División de Honor infantil. 

En el Cornellà siempre fue de los destacados y eso es sinónimo de captar la atención de Barça y Espanyol. El club azulgrana le citó para realizar unas pruebas para tenerlo controlado aunque no efectuó el fichaje. Un año después lo volvieron a llamar. Y tras pensarlo mucho, Oriol aceptó a pesar de que en el Cornellà estaba como en casa.  

En el Barça ha encajado a la perfección. Bajo los mandos de Franc Artiga, Oriol ha sido uno de los protagonistas en el inicio de la temporada. En el club confían en él y le ayudan para que sea mejor. Una de las cosas que le pidieron es ser más intenso. Y eso le ha ayudado a ser un futbolista más completo. Si sigue así, triunfará en el fútbol. Eso sí, la moto tendrá que seguir en el garaje.