David Navarro o cuando ser constante tiene premio

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Albert Rogé

Albert Rogé

Cada verano hay dos tipos de fichajes. Por un lado están los llamados a triunfar y por el otro, jugadores con menos nombre que pueden ofrecer un buen nivel. Sin embargo, en algunas ocasiones, hay sorpresas. El protagonista de hoy llegó procedente del Sant Gabriel para reforzar la defensa azulgrana. Su fichaje provocó pocas reacciones. Todo lo contrario con lo que iba a pasar en los siguientes meses. David Navarro, a base de trabajo y sacrificio, se fue ganando un sitio en el once titular. Central desde pequeño, se convirtió en una de las referencias de su generación. Ahora es uno de los centrales con más proyección del club y de los pocos que acude a las convocatorias de la selección española.

Desde pequeño tenía claro que lo suyo era el balón. A los cinco años arrancó en el fútbol sala en el Marfil Santa Coloma, al no poder competir en fútbol siete por edad. Además, era de los niños que volvía del parque con los zapatos rotos de tanto jugar a fútbol. Pero él quería jugar en “el campo grande”, como aún recuerdan en su familia. Su pasión por este mundo era tan alta que quería tener trofeos. Por ello su abuela le regaló una “copa de ganador” y, aunque ahora tiene muchas más, esa siempre será la más especial.

Tras dos temporadas en el fútbol sala, David se incorporaba a la UDA Gramanet. Al año, el club desapareció y se fue al Sant Gabriel. Sin saberlo, era una de las mejores cosas que le podían pasar. Allí estuvo cuatro años y es el club al que le debe todo. De la mano del entrenador José González,  que confió siempre en él, se convirtió en un defensa muy seguro que pronto llamó la atención de varios clubes. La Damm lo tenía cerrado pero llegó el torneo de la MeCup, en Menorca. En ese campeonato, David lo bordó y fue nombrado MVP. El Barça lo tuvo claro y no quiso ni esperar a llegar a Barcelona. En el barco de vuelta, se pusieron en contacto con sus padres para realizar unos entrenamientos. En ellos, cumplió con las expectativas y lograba uno de sus grandes sueños: defender la camiseta del equipo de su vida. 

En el Barça sorprendió a todos. Todos coinciden cuando hablan de él. Actitud, madurez e inteligencia. Esas palabras le definen. Y si le añades que es bueno en la salida de balón y va bien por arriba, se queda un central muy interesante de cara al futuro. Él es el líder de la defensa. El que va al suelo siempre para cubrir a un compañero o el que da el mejor consejo a los que le rodean. En el vestuario es un chico bromista con el que se puede hablar de todo. Su madurez no es habitual en esa edad y eso gusta en el club ya que tiene los pies en el suelo. No es difícil descubrir por que cuando ves que su ídolo es Carles Puyol. Un referente para el fútbol base. Y es que es muy importante estar bien rodeado. Así se lo hacen saber sus padres Pedro Pili y su hermana Natalia. No saben hasta donde puede llegar pero lo que sí que tienen claro es que nunca tiene que dejar de ser él mismo. Si mantiene eso, le espera un gran futuro porque cualidades tiene para llegar donde se proponga.