Historia SPORT

Historia SPORT

Los videojuegos, una amenaza para la Seleçao

El fútbol no es una prioridad en la favela: el 96% de sus ‘meninos’ quieren ser ‘gamers’ o ‘streamers’ profesionales

Es un proceso disruptivo de una nueva generación, que pone en peligro la correa formativa del fútbol brasileño

Los 'meninos' de las favelas prefieren los videojuegos en lugar del fútbol

Los 'meninos' de las favelas prefieren los videojuegos en lugar del fútbol / SPORT

Joaquim Piera

Joaquim Piera

La favela, la periferia de las grandes ciudades, los barrios más pobres donde ahora ha vuelto el hambre… Sí, la fábrica de cracks brasileños se nutrió de la exclusión social.

Una pelota, por muy precaria que fuese, y una cometa (es una pasión nacional) hecha con cualquier desecho fueron, durante décadas, la única distracción posible para millones de niños olvidados por el poder público, abandonados a su suerte en barriadas donde siempre imperó la violencia policial y que, en los últimos lustros, pasaron a ser dominadas por el narcotráfico o los paramilitares (conocidos en Brasil como la ‘milicia’, que son grupos de policías y bomberos corruptos de donde nació políticamente el ahora presidente Jair Bolsonaro).

El fútbol era una ventana a la imaginación y un ascensor social en el que cualquier ‘menino’ anhelaba subir para rescatar a los suyos de una vida paupérrima y llena de necesidades. Brasil era ‘o país do futebol’, el talento brotaba y la Seleçao se presentaba a los Mundiales, siendo el único que disponía de un surtido de cracks… pero se acabó. 

UN CAMBIO DE PARADIGMA

Una nueva generación de jóvenes excluidos amenaza con romper el eslabón entre los niños, negros y pobres, y el fútbol. Un estudio patrocinado por el banco Itaú ha puesto de manifestó que el 96% de estos ‘meninos’ que viven marginalizados en las favelas les gustaría ser jugadores profesionales… ¡de videojuegos! 

Es un proceso disruptivo en el imaginario colectivo, que pone en peligro la correa de transmisión formativa del fútbol brasileño. Ahora es el mundo de los videojuegos (jugadores profesionales o streamers) quien presenta una mejor oportunidad de transformación a través de una ascensión social antes solo reservada a futbolistas, y, en menor medida, a la música. 

Jóvenes de hasta 15 años, que no han accedido al mercado laboral, llegan a pasar más de 10 horas por día con los videojuegos. Una práctica que se acentuó con la pandemia, cuando las escuelas públicas llevan cerradas hace más de un año y medio.

NEYMAR JR., EL ÚLTIMO CRACK

El Brasil futbolístico ya no andaba bien antes de la amenaza de los videojuegos. Neymar Jr. vive el complejo de la estrella solitaria. Desde su eclosión en el Santos FC, a inicios de 2010, no ha surgido ningún otro astro. Una década de barbecho. Mirando hacia atrás el drama se acentúa: Ronaldinho Gaucho nació en 1980 y Kaká y Adriano ‘Emperador ‘en 1982… diez años antes del 10 del PSG, que es de la quinta del 1992.

La sequía brasileña es multifactorial. Un aspecto relevante es la lógica del mercado. Quienes están llamados a ser grandes como Gabriel Jesus, Vinicius Jr., Rodrygo…, o más recientemente Kayky (fichado por el Manchester City), no completan su formación en Brasil y se marchan a Europa para, de inicio, ser coadyuvantes. Con excepción de ’Ney’, hoy ningún otro canarinho es solista en su respectivo equipo.

Por otro lado, no hay arraigo y se ha perdido el sentido de pertenencia. Los ‘meninos’ ven a los clubes locales, por más grandes que sean como el Flamengo o el Corinthians, como un paso previo, cuanto más corto mejor, para irse a Europa. Y, para colmo, el escenario general tiende a empeorar con la fiebre de los videojuegos.