El renacimiento de Jorge Sampaoli en un Santos FC de autor

"Jorge Sampaoli es la mayor esperanza del aficionado brasileño para ver un fútbol diferente, ya que gran parte del partido, sitúa siete u ocho jugadores en el campo adversario, sus equipos juegan por presión y nunca dejan de buscar la victoria", escribía en marzo el mítico Tostao, campeón en México 70 con la Seleçao y uno de los analistas más prestigiosos del país con sus columnas de obligatoria lectura en el periódico Folha de Sao Paulo.

Y la realidad es que Sampaoli, en su aventura en el Santos FC, está respondiendo con creces a todas las expectativas que generó su fichaje.

Hace solo cuatro meses y medio que aterrizó en el fútbol brasileño, y el técnico argentino se ha convertido en una unanimidad nacional. En Brasil nadie la reprocha su batacazo en el Mundial de Rusia con la Argentina de Leo Messi. 'El Loquito', como lo llama afectuosamente la ‘torcida’ del Peixe, ha renacido para el fútbol, recuperando el placer de entrenar. 

Con su sello personal innegociable, Sampaoli está demostrando que está para dirigir grandes proyectos. Su implicación con el proyecto del Peixe es innegable, pero es un secreto a voces en Brasil, que este Santos FC, acuciado por limitaciones presupuestarias, le viene pequeño.

Su estancia en el club paulista le está sirviendo para relanzar su carrera en los banquillos, donde ya triunfó en La Universidad de Chile (ganó la Copa Sudamericana 20111) y en la selección chilena (se adjudicó la Copa América 2015 en calidad de anfitrión). Antes de coger las riendas de la Albiceleste, había dejado un muy buen sabor de boca por su paso por el Sevilla, en su primera aventura europea.

Sampaoli, a contracorriente

Brasil es el país que cada año bate el récord mundial de cambio de entrenadores. No hay paciencia. Cuando un equipo pierde dos o tres partidos seguidos, se señala indefectiblemente como culpable a su técnico. La consecuencia de este carrusel de cambios (hay técnicos que llegan a entrenar hasta tres equipos en una misma temporada) es la apuesta por un fútbol pragmático, ramplón y previsible. Nadie se atreve a arriesgar, porque nadie tiene su lugar de trabajo garantizado.

Y, en este escenario, Sampaoli está demostrando que se puede ser atrevido, que hay espacio para jugar con solo tres atrás y que, a través de la presión incesante, el gusto por la posesión y la interpretación ofensiva del juego, uno puede divertirse y hacer divertir.

Las limitaciones del Santos, que no puede competir financieramente con el Palmeiras de Luiz Felipe Scolari o con el Flamengo que dirige Abel Braga, provocan que Sampaoli no luche en igualdad de condiciones por los títulos en juego. A pesar de ello, es capaz de motivar día sí y día también una plantilla, de calidad restringida, pero que sale a dar espectáculo con mucha autoestima.

Comparado con los mejores

"Lo que está haciendo Sampaoli no es nuevo, pero es innovador", insiste Tostao, que recuerda que, "hay un grupo formado de entrenadores formado por poquísimos, como Guardiola, Sampaoli, Fernando Diniz  [técnico del Fluminense], Bielsa y algunos otros, a quien les gusta jugar la mayor parte del partido en campo del adversario, con el dominio del balón y del juego, hay otros, que es la mayoría absoluta, actúan con más seguridad y prefieren retroceder, cerrar los espacios para contraatacar".

La admiración por Sampaoli también se ha trasladado a las gradas. La ‘torcida’ santista valora su personalidad y que el equipo esté vivo en la Copa do Brasil y en la parte alta de la clasificación del Brasileirao. Son muy onscientes que, el argentino acabará volando para dirigir algún equipo (o selección) grande, por lo que aprovechan al máximo la experiencia de tenerlo en su equipo, como hicieron en su día Neymar Jr. Y 'El Loquito’, lo retribuye con su trabajo obsesivo y por sus incansables ganas de hacer mejorar a un equipo que disfruta cada vez que sale a jugar.