La lucha libre, las artes oscuras y las incongruencias del beneficio

Carlos Vela fue protagonista de una acción que fue elogiada

Memo Ochoa parte de otra que fue criticada

Carlos Vela y LAFC llegan a la final

Carlos Vela y LAFC llegan a la final / LAFC

Juan Arango

Juan Arango

La lucha libre es parte de la “cultura deportiva” en Estados Unidos y México y lo que siempre ha atraído es la psicología que separa la realidad del teatro que es.  

El “científico” es el de los valores y el que sigue las reglas. Es el que los fanáticos apoyan en la constante batalla contra el mal que generan los “rudos”.

Estos son el mal hecho humano. Ellos solo les importa ganar y como sea.  

Sus palabras y hechos son abucheados y maldecidos. Ahora, llega un momento en el cual el “científico” rompe las reglas y actúa de la misma manera y el público explota en un alboroto impresionante. 

Esto llega al fútbol. En algunas culturas esto también ocurre. ¿Qué hubiese pasado si Gary Lineker metía el gol de la victoria ante Argentina en el mundial de México y, por ende, ganaba ese mundial. ¿Hubiese sido tan controversial? 

LA INCONGRUENCIA CON LA TRAMPA

En la Liga de Campeones de la CONCACAF hemos visto una discordia similar. En el partido ante Cruz Azul, Carlos Vela se tiró en el área y el árbitro pitó penal. Para varios, esto fue “viveza”. Fue una "jugada inteligente" ya teniendo en cuenta que el VAR no está siendo utilizado para este torneo aunque están en un estadio en el que es sistema está siendo utilizado. Vela llegó y convirtió el penal para empatar el partido.  Esto fue elogiado por la prensa estadounidense como una "genialidad".

En el partido contra el América, el equipo angelino perdió los estribos al final del primer tiempo. Eduard Atuesta fue expulsado mal tras su encontronazo con Memo Ochoa. Pero, uno ve que la viveza de Ochoa fue suficiente para que el árbitro y el asistente creyeran lo que supuestamente ocurrió.  

En ese instante, los mismos individuos y medios que alababan a Vela por su astucia, ya trataban de “sucios” a los jugadores del equipo mexicano.  

Después ocurre el enfrentamiento entre Miguel Herrera y Ante Razov, en esa instancia Herrera (que uno no sabe por qué estaba allí) y ahí todo se descalabra. Pero lo que hizo Herrera fue algo malo mientras la reacción de Razov fue justificada. Uno fue expulsado, otro no. Pero al final, los dos sufrieron cuatro fechas de suspensión. Pero seamos honestos, lo de Herrera era la madre de todas las barrabasadas. El Piojo no tuvo que estar ahí y una vez más su exceso fue la causa de su debacle y de su dimisión como técnico.

"JUGUEMOS NUESTRO FÚTBOL. VAMOS A GANAR."

La señal de un gran líder es poder ver la meta cuando el resto de pronto. Obvio que en un momento tan complicado, se veía que el partido se les estaba yendo de las manos. Estas seis palabras de Bob Bradley fueron las que aseguraron a su equipo que iban por buen camino y que todo iba salir bien. Por esta razón no se puede disminuir los méritos del equipo de Bob Bradley. LAFC y Tigres fueron los dos mejores equipos de este torneo, con sus interrupciones y todo. Por algo los dos llegaron a la final.  La manera en la que manejó esta situación tan caliente es para darle todos los elogios que merece.

Esta actitud es la que le ayuda a los equipos superar malos momentos y arbitrajes paupérrimos, todos factores presentes en el partido de Orlando.

LAFC mostró muchísima personalidad al salir y jugar con uno menos y dominar a un América sin rumbo y con menos fútbol. Su actuación en la cancha era digno de aplaudir. Además en una final de un partido, puede ocurrir cualquier cosa.  Carlos Vela mostró su calidad en un espacio de 90 segundos y el cuadro emelesero simplemente fue superior en todos los aspectos del juego, no hay otra cosa que decir.

Pero la actitud de los medios dejó algo muy claro: mientras los míos son los que terminan siendo los más vivos y mi equipo gana, todo vale.  Ahora, si son los otros, ahí sí son el peor denominador.

Después de estos dos partidos se vio la incongruencia que hay cuando se habla de la “viveza”, la “astucia”, la “calle” en el fútbol. Para algunos, esto es una plaga en el fútbol... mientras que perjudique a su equipo. Ahora, si los beneficia, es algo digno de elogio.