Hartos de Neymar Jr.

Neymar Jr. contraprogramó el hat-trick de Leo Messi con Argentina, con el que superó a Pelé como el máximo goleador de selecciones sudamericanas, con una rajada contra la prensa de su Brasil, que había cuestionado su sobrepeso. Y los opinadores brasileños han contraatacado, de forma unánime, con una inusitada dureza.

El 10 de la Seleçao, tras dar una asistencia y marcar un tanto en el 2-0 contra Perú, se quejó amargamente de la opinión pública de su país. "No sé que tengo que hacer más con esta camiseta para que la gente me respete, porque constantemente se me está faltado al respecto", expuso. Estaba muy dolido por todos los comentarios sobre su sobrepeso que se habían repetido hasta la saciedad.

Las palabras de Neymar no tuvieron la reacción esperada. La sensación generalizada en Brasil es de hartazgo con su estrella. Se considera que su comportamiento extracampo es un espejo de su inmadurez.

"Mimado, mala persona, personaje insignificante, autor de una entrevista patética, vive en un universo paralelo rodeado de Toiss, no tiene autocontrol, deja mucho a desear, hace lo que le da la gana en la Seleçao..." Es una lista interminable de reproches que se han leído y escuchado en los portales online y en los programas deportivos de radio y televisión. Desde el Mundial de Rusia 2018, con sus célebres caídas con las que escondía una lesión en el tobillo, no se ha visto semejante nivel de animadversión.

Neymar está lejos de su mejor punto de forma en este inicio de curso. Así lo reconoció antes del partido contra Argentina el preparador físico de la Seleçao, Fabio Mahseredjian, que aseguró que el '10' estaba dentro de su peso ideal. El astro del PSG hizo un partido muy malo en la victoria contra Chile (0-1), después hubo el simulacro de superclásico, suspendido en el minuto 6 por las autoridades de la vigilancia sanitaria, y, ante Perú, tuvo una participación determinante con minutos de muy buen juego.

En lugar de hacer autocrítica, Ney se defendió atacando y disparando a diestro y siniestro. No calibró bien su calentón y sus palabras tuvieron un efecto boomerang, evidenciando la distancia actual existente entre la estrella y la gran mayoría de comentaristas y analistas de su país. El cabreo del delantero solo sirvió para calentar el ambiente y exasperar los ánimos.

No solo molestó a todo el mundo, sino que el propio Neymar consiguió sacar brillo a su particular récord: con 12 dianas superó a Zico y a Romario como el máximo goleador brasileño en la fase de clasificación para el Mundial.