El gafe del entrenador que ganó el oro olímpico con Neymar

Rogerio Micale con Neymar durante los Juegos Olímpicos Rio 2016

Rogerio Micale con Neymar durante los Juegos Olímpicos Rio 2016 / sport

Joaquim Piera

Joaquim Piera

La historia dice que Rogerio Micale consiguió un título que se le resistió a técnicos como Mario Lobo ZagalloVanderlei Luxemburgo,  Dunga o Mano Menezes. De la mano de Neymar Jr., la Seleçao rompió la maldición de los Juegos Olímpicos y, en casa, en Rio 2016, por fin, ganó el único campeonato que se le resistía a la victoriosa pentacampeona mundial: la medalla de oro.

La victoria en los penaltis contra Alemania (1-1 en los 90 minutos y en la prórroga) en un Maracaná enloquecido y lleno hasta la bandera, tiene un lugar de honor en la historia del fútbol brasileño.

Cuatro años después, Rogerio Micale sigue sin haber podido despegar como un técnico de prestigio y acumula un fracaso tras otro. El último, haber sido despedido por el Paraná, de la Serie B, por haber perdido cinco partidos seguidos. Solo ha durado un mes en el cargo: de 2 de noviembre a 2 de diciembre.

UN ORO QUE NADIE ESPERABA

El técnico bahiano fue lanzado a los leones en junio de 2016. Tite, que acababa de llegar en la principal por el denostado Dunga, no se atrevió a comerse el marrón de dirigir al Canarinha a menos de dos meses de los Juegos de Rio. Improvisando a última hora, el entonces seleccionador sub-20 montó un equipo donde Neymar, entonces en el Barcelona, dirigía a un pandilla de meninos con Gabriel JesusGabigolLuan o Rodrigo Caio

Micale ganó el oro y el respeto de Neymar Jr., que siempre ha mostrado en público su admiración por la nobleza y el trabajo realizado por el entrenador que le permitió ganar uno de los títulos que más valora en su palmarés.

Seis meses después del triunfo olímpico, en febrero de 2017, Micale fue apuñalado por Tite y el coordinador de selecciones, Edu Gaspar, (ahora en el Arsenal).

Lo echaron de malas maneras de la CBF, por haber sido quinto en el Sudamericano Sub-20, disputado en Ecuador, y quedarse fuera del Mundial de la categoría, que se disputaría en Corea y Japón. El campeón olímpico fue víctima de la mala planificación de la Confederaçao que no consiguió la liberación de los principales futbolistas que actuaban en Europa.

Y allí todo se torció. En 2017, pasó por el At. Mineiro, donde duró tres meses como entrenador. De febrero a agosto de 2018 dirigió al Paraná, en su lucha por no bajar a la Serie B, y no terminó el Brasileirao. Aquel mismo año, de septiembre a noviembre, estuvo en el Figueirense, donde no decidió no renovar. 

Este año estaba en el equipo sub-20 del Cruzeiro, y, ahora, ha tenido este paso fugaz por el Paraná. Ya se ha cumplido un ciclo olímpico y el futuro en los banquillos de Micale sigue incierto. Por mérito propio, tendría que ser el seleccionador olímpico y dirigir a la Seleçao el próximo verano en Tokio 2021