El emotivo reencuentro entre el Chapecoense y el Atlético Nacional

El Atlético Nacional fue recibido en Chapecó

El Atlético Nacional fue recibido en Chapecó / AFP

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Como quien se reencuentra con un familiar muy querido, Chapecó abrió los brazos para recibir al Atlético Nacional cuatro meses después de que la tragedia les uniera para siempre y antes de iniciar la definición de una Recopa continental que va mucho más allá del trofeo.

En esta tranquila ciudad del sur de Brasil nadie olvida la noche de tormenta del 28 de noviembre de 2016, cuando perdió a su equipo en un accidente aéreo cerca de Medellín, ni tampoco el dolor de aquellos días negros que siguieron a la muerte de 71 personas.

Una de las pocas luces llegó entonces de las camisas blancas que vistieron los miles de hinchas que llenaron el Atanasio Girardot el 30 de noviembre, el mismo día y a la misma hora en la que debería haberse disputado el partido al que nunca llegó el 'Verdao'. 

No hubo cánticos de fiesta, ni juego, pero Medellín quiso estar allí para homenajear a los que se fueron y recordarle a la lejana Chapecó que no estaba sola.

Aquel abrazo mandado a 7.000 kilómetros de distancia llegó con fuerza a una ciudad conmocionada, que en la oscuridad del duelo siempre se sintió reconfortada por Colombia, volcada entonces en la atención de los seis heridos -cuatro de ellos brasileños-, y en agilizar la repatriación de los fallecidos. 

Poco después, el Atlético Nacional, campeón de la última Libertadores, pedía a la Conmebol que el Chapecoense fuera declarado vencedor de la Sudamericana, quien conquistaba así el trofeo más importante de sus 43 años de historia.

Todos a la calle

Ahora, cuatro meses después del accidente, cuando el dolor agudo de la pérdida se ha ido transformando en un recuerdo sentido con el que las familias y el club luchan cada día por seguir adelante, Chapecó se ha volcado para recibir en casa a los colombianos. 

La ida de la final de la Recopa Sudamericana de este martes (19H15 locales, 22H15 GMT) se ha convertido en la excusa ideal para que la ciudad devuelva todo el cariño que recibió de un equipo al que ya considera un "hermano", por el que hasta el ayuntamiento ha decretado día festivo en las escuelas.

"Cuando un hermano nos visita, la ciudad desborda emoción", se puede leer en varios paneles instalados en una localidad cada vez más verde y blanca.

Al son de "Amigos para siempre", los paisas fueron recibidos como héroes en el aeropuerto cuando pasadas las 13H45 locales (16H45 GMT) comenzaron a descender del avión comercial en el que habían venido desde Sao Paulo, tras pasar por el arco de agua que le dedicaron los bomberos. 

A pie de pista, el alcalde, directivos del club, así como el locutor de radio -y superviviente de la tragedia- Rafael Henzel, les condecoraron con unas medallas a la solidaridad entre los aplausos y cánticos de las decenas de hinchas del 'Chape' que se agolpaban en el exterior. 

Allí, con su camiseta verde -color que comparten ambos equipos- estaba Marinés Muniz, una empleada doméstica de 63 años, que quiso agradecerle en persona su ayuda en los peores momentos. 

"El Atlético Nacional hizo mucho por nosotros y nunca podremos pagárselo. Por eso vinimos a darles la bienvenida, y mañana vamos a continuar", afirmó decidida.

Para que no se escape ningún detalle, el Chapecoense diseñó el programa de homenajes junto a una empresa de eventos dirigida por uno de los responsables del encendido de la antorcha olímpica de Rio-2016.

Antes del encuentro, los hinchas se congregarán en una céntrica plaza de esta localidad que ha convocado a sus 200.000 habitantes a llenar las calles. 

La llamada parece haber surtido efecto, y las alrededor de 20.000 localidades del Arena Condá llevan agotadas desde el sábado.

Mucho en juego

En un clima de tanta emotividad, es fácil olvidar que el martes está en juego un título oficial, al que el Chapecoense no podía ni imaginar poder optar un día cuando hace apenas siete años militaba en la cuarta división. 

Pero ahí está Vagner Mancini para recordarlo. Implicado en la reconstrucción del equipo desde pocas semanas después de la tragedia, el técnico del 'Chape' tratará de blindar a sus jugadores de la emoción desbordada de otra noche histórica.

"Espero que la hinchada, el pueblo de Chapecó y la directiva del Chapecoense reciban muy bien al Atlético Nacional. Que antes del partido podamos darles una abrazo a cada uno. Pero en cuanto ruede el balón, quiero que mi equipo muerda, luche, y si es posible, gane en este título, porque es muy importante", afirmó tras el entrenamiento del lunes. 

En el vestuario estarán los supervivientes Neto, Follmann y Ruschel para recordarles a sus compañeros que no hay nada imposible.