Eduardo Bandeira, expresidente de Flamengo, acusado por homicidio

El expresidente de Flamengo pasa una delicada situación

El expresidente de Flamengo pasa una delicada situación. / sport

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La Policía de Río de Janeiro denunció oficialmente por homicidio al expresidente del Flamengo Eduardo Bandeira de Mello, por la muerte de 10 jóvenes promesas del fútbol que fallecieron por un incendio ocurrido el centro de entrenamiento del club, informaron este martes fuentes oficiales.

La denuncia acoge al exdirectivo y a siete personas y todos tendrán que responder también por el delito de intento de homicidio con dolo eventual, pues en la tragedia, además de los fallecidos, otros tres jóvenes resultaron heridos de gravedad por las llamas.

El incendio ocurrió en la madrugada del pasado 8 de febrero cuando los jóvenes deportistas, que tenían entre 14 y 16 años, dormían en uno de los alojamientos del Ninho do Urubu, situado en la zona oeste de Río de Janeiro y donde se entrena el conjunto carioca y las categorías inferiores.

Dura noticia

La tragedia, que golpeó el corazón del Flamengo y conmocionó a la sociedad brasileña, al parecer comenzó por un cortocircuito en un aparato de aire acondicionado, según las pericias iniciales, pero las autoridades aún no han llegado a una conclusión sobre las causas definitivas del siniestro.

Según la estatal de noticias Agencia Brasil, la Policía basó su denuncia al afirmar que la estructura del dormitorio -que se había adecuado en contenedores- era incompatible con el destino del mismo.

Asimismo señaló que el alojamiento contaba con irregularidades estructurales y eléctricas, a pesar de que los acusados tenían conocimiento de que diversos atletas de la base residían en el lugar.

Miembros del club también fueron denunciados

Por eso, además del expresidente del Flamengo, entre los denunciados por la Policía están ingenieros del club y de la empresa responsable de los contenedores, así como un técnico de aire acondicionado y un monitor.

Según la Policía, Bandeira de Mello y el monitor, que no estaba presente en el contenedor en el momento de la tragedia, habrían podido actuar para evitar el resultado del incendio.

Los ingenieros y el técnico de refrigeración "asumieron el riesgo de producir el resultado previsible".