Historia SPORT

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Brasil castiga el 'jogo bonito'

La amarilla a Mauricio, del Internacional, por hacer toques provocó una defensa en tromba del fútbol arte

Michael, del Flamengo, fue reprendido por los jugadores del Sao Paulo, simplemente por hacer un control con el tacón

Mauricio fue amonestado por esta acción

Mauricio fue amonestado por esta acción / Internacional

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Si Garrincha jugara ahora en el Brasileirao lo expulsarían cada fin de semana por “mostrar falta de respeto al juego”. Este es el singular argumento, que explicitó el árbitro Ramon Abatti Abel (de Santa Catarina) para amonestar al centrocampista Mauricio, del Internacional, en el partido contra el Ath. Paranaense.

Su ’pecado’ fue realizar una transición ofensiva haciendo seis toques seguidos sin dejar que el balón tocase el césped. Fueron seis ‘embaixadinhas’, en el argot local, realizadas con naturalidad en el minuto 83 cuando el Colorado ganaba, en casa, por 2-1 y el partido estaba aún abierto.

Los jugadores del Furacao reaccionaron como unos posesos ante lo que interpretaron que era una provocación. Entre los más alterados estaba el lateral Marcinho, un paladín de la ética y de las buenas costumbres que en diciembre atropelló en Río de Janeiro a un matrimonio de jubilados (que acabaron muriendo) y huyó sin prestarles socorro. 

El acta del colegiado catarinense, que es un auténtico desconocido para el gran público, tendría que ser depositada en el acervo del interesantísimo Museu do Futebol, en el estadio do Pacaembu, en Sao Paulo, para que nadie olvidara semejante acto de mediocridad.

La tarjeta de la vergüenza acarreó suspensión, porque era la tercera amonestación para Mauricio (un futbolista de 20 años muy a tener en cuenta), que no pudo estar contra el Cuiabá, cuando su equipo se juega una plaza en la Libertadores.

LA TORCIDA DEFIENDE A LOS CREATIVOS

Los torcedores inundaron las redes sociales para expresar su indignación por lo que consideran un intento de castrar la creatividad que siempre caracterizó a los jugadores brasileños. La acción arbitral se interpretó como un castigo, una advertencia, casi una amenaza, para aquellos que osan practicar el ‘jogo bonito’ en toda la profundidad de driblings y acciones del imaginario colectivo brasileño. En Francia, Neymar Jr. y Lucas Paquetá ya vieron la amarilla por hacer ‘lambretas’.

Al día siguiente, hubo un nuevo lance que aumentó el debate sobre el intento de encuadrar e imponer límites estéticos a quien construye. En el partido Sao Paulo-Flamengo, Michael, un habilidoso extremo del rubronegro carioca, controló un pase en diagonal con el tacón y los dos pies en suspensión. Un control “de letra”, en portugués, que acostumbra a entrenar. 

Michael tuvo problemas con los jugadores del Sao Paulo por un espectacular control

Michael tuvo problemas con los jugadores del Sao Paulo por un espectacular control / Alexandre Vidal /Flamengo

El actual bicampeón del Brasileirao ganaba 0-3 ya en el primer tiempo y se montó una tangana porque los saopaulinos, que hasta entonces no habían mostrado ni pizca de amor propio, se sintieron ultrajados. El árbitro en esta ocasión no amonestó al artista. Los cariocas ganarían 0-4 al exequipo de Dani Alves y Michael, que firmó un doblete, acabó situándose pichichi tras haber marcado seis goles en las últimas cinco jornadas. 

La reacción en masa de torcedores y periodistas en defensa del ‘jogo bonito’ y de lo que el profesor e historiador Luiz Antonio Simas llama con el neologismo ‘engarrinchamento’ del juego ha mostrado que Brasil quiere preservar la esencia del fútbol arte, más allá del perfil de jugadores físicos que crea para alimentar la cadena de producción que exporta, bajo demanda, al fútbol europeo.