El motivo por el que siempre comemos palomitas en el cine y que nunca te habías planteado

Comer palomitas en el cine es una tradición muy arraiga en la sociedad

Dulces, saladadas... todo el mundo tiene unas que le chiflan

País Vasco: prohibidas las palomitas en el cine

Un envase de palomitas

Comer palomitas es una de las grandes tradiciones a la hora de ir al cine. Un snack ideal para acompañar las películas que apasiona a la gran mayoría de personas que se acercan a las salas y que lleva toda la vida con nosotros.

Pero... ¿de dónde sale esta costumbre?, ¿desde cuando se hace? Esta práctica tiene su origen en los Estados Unidos. Cuando el cine dejó de ser algo elitista para convertirse en algo popular, trajo consigo costumbres tan mundanas como obvias como era la necesidad de comer.

Hay que tener en cuenta que el cine es una de las grandes formas de entretenimiento del siglo XX por lo que allí pasaban las horas desde los más ricos a las clases populares. Pese a las reticencias de las salas, se empezó a poner de moda comer durante el visionado de las películas.

Este momento coincidió con el crack del 29. Estados Unidos pasaba un duro momento económico y la gente, como es obvio tuvo que buscarse la vida para ajustar su presupuesto hasta en sus necesidades más básicas.

Empezó a popularizarse el maíz, gracias a que su producción era muy barata, su consumo era muy económico para la gente y por tanto muy rentable para los comerciantes. Esa popularidad llevó también a las palomitas de maíz a ser un aperitivo muy consumido en cines.

Pese a que en un principio los dueños se llevaron las manos a la cabeza pronto se dieron cuenta que era más lucrativo venderlas en su interior y los puestos de palomitas, pasaron a ser inseparables de los cines.

La tradición se ha mantenido hasta ahora, donde las salas tienen como gran negocio la restauración más allá de que la entrada para ver la película sea con un precio más o menos ajustado. Al fin y al cabo , ¿a quién no le gustan las palomitas?