¿Por qué la gente pone ajo en la ventana? El remedio de la abuela que funciona siempre

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¿Por qué la gente pone ajo en la ventana? El remedio de la abuela que funciona siempre

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Dicho esto, se nos hará aún más evidente que dar un intento a la antigua sabiduría transmitida a lo largo de los siglos no nos cuesta prácticamente nada. Tanto más si nos encontramos entre esos que tienen una casa cerca del verde de un jardín, o cerca de algún árbol o campo.

En resumen, en cualquier lugar donde las hormigas puedan entrar en casa. Ponga un trozo de ajo fuera de la ventana: el antiguo remedio funciona de verdad. A nadie le gusta la idea de tener hormigas en casa, y no hace falta ver una fila de ellas marchando ordenadamente para sembrar el pánico. Con un poco de paciencia, son capaces de colarse, encontrar un rincón adecuado y empezar a desarrollar su propia colonia.

En primavera, en cambio, el hueco casi siempre está ahí. Más que en verano, cuando las persianas están bajadas y las ventanas cerradas por el aire acondicionado, es a finales de primavera cuando pueden aparecer en nuestros locales.

Y es ahí donde hay que intervenir. El antiguo remedio lo dejaba claro: se necesita el penetrante aroma del ajo (dado por una sustancia química llamada aliina, que es un potente compuesto orgánico natural de azufre). De hecho, el aroma del ajo es detestado por las hormigas.

Por eso mucha gente lo frota en las puertas o deja un trocito en el alféizar de la ventana. Y si lo pensamos por analogía, esto es lo que ocurre en muchos huertos caseros y jardines: el ajo se considera muy eficaz para ahuyentar a los temidos pulgones y escarabajos sin dañarlos.

Para ser sinceros, no hay ningún estudio científico que demuestre la eficacia de este gesto. Nada más que la observación empírica. Igual que aquella, también muy extendida en los países anglosajones, que asocia la presencia de castañas en la habitación con la ausencia de arañas. Basta con hacer un pequeño agujero, según este truco, para que a las arañas les moleste la esencia de la castaña.

No se puede afirmar con certeza si este truco es decisivo para evitar arañas y telarañas. Pero hay tanta gente que jura que no ve ni rastro de estos animalitos, que el juego puede valer la pena. Si además amamos los jardines y la naturaleza, no podemos evitar integrar el verde con fines que también tienen un rendimiento económico, como los muros verdes que pueden ahorrarnos dinero en nuestras facturas de invierno y verano.

Y entonces la primavera nos envuelve con sus colores y su renovada alegría de vivir. Si tenemos la suerte de tener un jardín, aprovechémoslo. Además de hacerlo sombreado y cuidado, podemos pensar en dotarlo de una iluminación nocturna adecuada. Es fácil y, sobre todo, puede salirnos inesperadamente barato si aprovechamos los consejos de los expertos para iluminarlo de forma sobria y elegante.