Valencia renuncia a la Fórmula 1

Después de cinco ediciones y una inversión faraónica, Valencia quiere dar por finiquitado su sueño en la Fórmula Uno

Laura López Albiac

El ficticio idilio que han mantenido los últimos años Valencia y la Fórmula 1 está a punto de tocar a su fin. Y probablemente no será un 'divorcio' amistoso. Bernie Ecclestone ya ha puesto sus condiciones y quiere que la Generalitat deposite los 33 millones de euros que contempla la cláusula por rescisión de contrato. El presidente valenciano Alberto Fabra, decidido a corregir los despropósitos de un Gran Premio que heredó de su predecesor Francisco Camps y que ha costado una fortuna a las arcas públicas, está en conversaciones con el magnate británico para que suavice al máximo la penalización por liquidar el acuerdo. Así pues, no habrá alternacia con Barcelona en el calendario. El GP de España seguirá celebrándose en mayo en el Circuit de Catalunya.

Según una información que publicó el viernes el diario El Mundo, la Generalitat valenciana ha renunciado definitivamente a su gran premio. La grave crisis económica que atraviesa esta institución, forzada a hacer importantes recortes sociales y de servicios, hace que Fabra y sus Consellers vean inviable seguir aportando dinero a la organización de una carrera que nunca ha sido rentable para la Comunitat, sino al contrario. Además de la dificultad que entraña poder destinar los 40 millones que cuesta sacar adelante cada edición en las calles del Valencia Street Circuit, la Generalitat no quiere dar una imagen de glamour y dispendio en un momento como el actual, cuando se le acumulan los impagos.

El máximo responsable de la Hacienda valenciana, Juan Carlos Moragues anunciaba recientemente una nueva subida de impuestos y aseguraba que la prioridad este año para el gobierno de Fabra es "cumplir con nuestras obligaciones sin tener que cerrar colegios u hospitales". En este marco, sería muy complicado explicarles a los contribuyentes de la Comunitat que se destinara otra partida extraordinaria para la F1.

Si la Generalitat logra romper el acuerdo con Ecclestone se pondrá punto y final a uno de los episodios más polémicos en la política de grandes eventos deportivos que impulsó en su día Francisco Camps. La 'fiebre' del anterior presidente por la F1 incluso le llevó a firmar una prórroga del contrato dos días antes de presentar su dimisión, dejando tras de sí un lastre econónimo aún hoy incalculable. De los 18 millones de cánon que se asegura que costó la primera edición, en 2008, se pasó a 27 en 2012. A ello hay que sumar los más de 40 millones que la Generalitat asumió al rescatar las deudas de la empresa Valmor, que en su día se puso como pantalla entre el Govern y la organización de la gran premio. En la construcción del circuito urbano se invirtieron más de 100 millones, nunca recuperados a causa de la explosión de la burbuja inmobiliaria, que paralizó todos los proyectos urbanísticos en la zona. En definitiva, delirio de grandeza que ya no es asumible en los tiempos que corren. n