Fórmula 1- GP de Estados Unidos

La Fórmula 1, hacia el gran 'show' americano

Tras la millonaria adquisión de la F1 en septiembre, el grupo Liberty Media celebra su primer gran premio como anfitrión en Estados Unidos y empieza a desvelar sus planes de cambio

Grosjean, al volante del Haas, en Austin

Grosjean, al volante del Haas, en Austin / sport

Laura López Albiac

La de este domingo será la primera carrera en Estados Unidos después de la compra de la Fórmula 1 por la multinacional americana Liberty Media Corp, anunciada el pasado septiembre por un valor de 4.400 millones de dólares (unos 4.009 millones de euros) y la llegada de Chase Carey a la presidencia. Será también la primera carrera en casa para la escudería Haas, que se suma al proyecto de popularizar este deporte en el mercado estadounidense.

Los nuevos dueños de la F1 no quieren que el campeonato siga por los cauces actuales y aprovechando su condición de anfitriones en Austin han empezado a dar pistas sobre sus planes de futuro, que apuntan a cambios drásticos y a una mayor presencia de pruebas estadounidenses en el calendario. Se habla intensamente de posibles candidatas como Nueva York, Miami y Los Ángeles, mientras que, por el contrario, Austin  podría tener las horas contadas en el Mundial.

La crisis del gran premio en Texas no tiene tanto que ver con el desembarco de Liberty, grupo propiedad del magnate de los negocios y la televisión por cable John Malone, sino con la proximidad en fechas con el GP de México, que se disputa el próximo 30 de octubre.

El Circuito de las Américas (COTA), que también es escenario de un GP de MotoGP, afronta estos días un test importantísimo para su supervivencia. El recorte de la aportación institucional ha pasado de 25 a 19,5 millones de dólares. Y la venta de entradas se ha visto sensiblemente mermada por la competencia de México. De hecho, coincidiendo con la primera edición del gran premio en el Autódromo 'Hermanos Rodríguez', la afluencia a la carrera de Austin ya bajó en 13.500 localidades respecto a 2014.

El COTA abona a la F1 un cánon de 29 millones de euros y sus responsables calculan que el GP deja un impacto económico en la ciudad de entorno a 500 millones, más del doble que en el caso de MotoGP. Como buenos expertos en estrategias de mercado, la reacción de los gestores del trazado de Austin ha pasado por contratar a la super estrella de la música Taylor Swift. En EE.UU, como se ve en eventos como la Superbowl o la NBA, el deporte se vende mucho mejor si va acompañado de espectáculo.

La apuesta de Austin por el multitudinario concierto de Taylor Swift sirve de ejemplo de por dónde pueden ir las directrices de la nueva F1 bajo la gestión americana. Liberty quiere aumentar las audiencias a toda costa, aunque para ello tenga que dinamitar el tradicional sello de exclusividad y glamour del campeonato, abriendo el paddock a espectadores con menos 'pedigree' y dando entrada a esponsors de perfil más bajo que los actuales. Entradas más económicas con el plus de espectáculos musicales y mayor cercanía a los pilotos, que, eso sí, seguirán siendo los grandes protagonistas del 'circo'.