El caos de McLaren se lleva a Eric Boullier por delante

Alonso, junto a Eric Boullier, andando por el paddock de Suzuka en 2016

Alonso, junto a Eric Boullier, andando por el paddock de Suzuka en 2016 / efe

Josep Viaplana

Josep Viaplana

McLaren, que va de mal en peor, emprende otra reorganización para levantar el vuelo. Eric Boullier se marcha de la escuadra de Woking tras presentar su dimisión y la escudería ha simplificado su estructura directiva, colocando al brasileño Gil de Ferrán como nuevo director deportivo del equipo de F1. Zak Brown está haciendo todo lo posible para no perder a Fernando Alonso el próximo curso.

Esta vez la reorganización va más allá del jefe de chasis, Timo Goss, que se vio obligado a dejar el cargo en abril. Ha tocado a la cúpula directiva y el desaguisado que se vive en Woking le ha costado la cabeza a Eric Bouiller, que estos últimos años fue la cabeza visible de McLaren. Boullier se incorporó como jefe de competición de McLaren a finales de enero de 2014, bajo el mandato de Ron Dennis, tras su periplo por Renault y Lotus desde 2010.

McLaren ha anunciado esta mañana un cambio radical en su estructura "con efectos inmediatos". Eric Boullier, hasta ahora jefe de competición del equipo de Fórmula 1, ha dejado de trabajar en el equipo después de que Zak Brown aceptara ayer su renuncia. Esta 'movida', sin embargo, se está cociendo desde hace meses por los estrepitosos fracasos técnicos conseguidos estos cuatro últimos años, uno tras otro, y sobre todo después de cerciorarse que el motor no ha sido el principal o el único problema en estos cuatro últimos años.

Estructura 'simplificada'

McLaren ha diseñado ahora una estructura "simplificada", en la que Simon Roberts, COO de McLaren Racing, supervisará la producción, la logística y todos los temas de ingeniería. Andrea Stella, por su parte, será el director de Rendimiento, responsable de las operaciones en pista, y Gil de Ferrán se integrará como nuevo director deportivo para maximizar la efectividad de la escudería. 

Andrea Stella, que llegó a McLaren como Alonso en 2015 procedente de Ferrari, donde era el ingeniero de su coche, y Gill de Ferrán, al que Fernando conoció en su aventura del año pasado en Indianápolis, en la que le ejerció de asesor, son dos hombres de la máxima confianza del asturiano y su ascensión dentro de McLaren se entiende como una medida de Brown para tratar de convencerle para que siga otro año.

Esta renuncia llega apenas dos semanas después de que el propio Eric Bouiller asegurase que no iba a dimitir. "El rendimiento del coche no ha cumplido las expectativas de nadie. Las causas son sistémicas y estructurales, por lo que requieren un cambio radical. Con el anuncio de hoy, empezamos a encauzar estos problemas y a tomar el primer paso de nuestro camino a la recuperación", ha apuntado Zak Brown, máximo responsable del Grupo McLaren.

El futuro de Alonso

Los argumentos que expone hoy McLaren para que Fernando Alonso siga con ellos en 2019 son cada vez menos atractivos. El asturiano tiene una sola prioridad: ganar. Sea dónde sea. A partir de esa base, no descarta ninguna opción, aunque ha renococido “no tener en cuenta los proyectos del futuro”. Hoy parece poco probable que McLaren le pueda ofrecer un proyecto ganador y con ello puede tener ya un pie fuera de la F1. Estos cambios parecen destinados a convencerle de lo contrario.

McLaren está trabajando para solucionar los problemas aerodinámicos de su monoplaza, que ya le han costado el puesto a su director técnico, Tim Goss, despedido tras la tercera carrera, y que es primordial para poder trabajar en el coche de 2019. Las críticas que llovieron sobre Honda en el trienio entre 2015 y 2017 han quedado en evidencia. Con el mismo motor, están por detrás de Red Bull y Renault.

Existe el convencimiento de que Alonso solo seguirá si le ofrecen garantías de un coche competitivo. En caso contrario, cambiará de aires, buscando un volante en otro campeonato que le permita luchar finalmente por victorias, un reto que anhela desde hace años y que solo ha visto correspondido con su última apuesta por Toyota y Le Mans.

Zak Brown es consciente de que el asturiano se puede ir y está haciendo valer todas sus armas para retenerle, ya sea mejorando el McLaren de F1 o apostando por la Indycar. El estadounidense, que fue el año pasado el principal valedor de la experiencia de Fernando en las 500 Millas de Indianápolis y este mismo año de su debut en las 24 Horas de Daytona, está barajando todas las opciones posibles.