Alonso, con un pie fuera de la Fórmula 1

Josep Viaplana

Josep Viaplana

La incógnita sobre el futuro de Fernando Alonso sobrevuela en el paddock de la Fórmula 1. Y cada vez el runrún es mayor. En Paul Ricard fue el protagonista fuera de la pista. Primero, por su victoria en las 24 Horas de Le Mans; segundo, porque los dos McLaren fueron eliminados en la Q1 por primera vez desde el GP de Azerbaiyán de 2017 y porque en carrera se vio traicionado por otro problema de fiabilidad. Todo movimiento se analiza en pos de su continuidad o no en la F1.

Los argumentos que expone McLaren para que Fernando Alonso siga con ellos en 2019 son cada vez menos atractivos. El asturiano tiene una sola prioridad: ganar. Sea dónde sea. A partir de esa base, no descarta ninguna opción, aunque reconocía en Paul Ricard “no tener en cuenta los proyectos del futuro”. Hoy parece poco probable que McLaren le pueda ofrecer un proyecto ganador y con ello puede tener ya un pie fuera de la F1.

buscando soluciones

McLaren trabaja para solucionar los problemas aerodinámicos de su monoplaza, que ya le han costado el puesto a su director técnico, Tim Goss, despedido tras la tercera carrera, y que es primordial para poder trabajar en el coche de 2019. Las críticas que llovieron sobre Honda en el trienio entre 2015 y 2017 han quedado en evidencia. Con el mismo motor, están por detrás de Red Bull y Renault.

“Si McLaren no puede hacernos luchar por podios hay que ver quién lo puede hacer”, indicó de forma contundente Fernando Alonso al referirse a su futuro en Francia. Tiene claro que su continuidad en la Fórmula 1 estará en función de si McLaren o cualquier otro equipo le da garantías de que podrá luchar por podios y victorias.

Difícilmente tendrá acceso a los pocos asientos que aún están libres y que esperan, principalmente, la decisión de Daniel Ricciardo. El australiano se resiste a renovar con Red Bull y, además de Mercedes y Ferrari, ha sido tanteado por McLaren con una suculenta oferta. El interés por Ricciardo ya deja entrever la marcha de Fernando, puesto que el ascenso de Lando Norris se da por segura entre los de Woking.

Cambio de aires

Existe el convencimiento de que Alonso solo seguirá si le ofrecen garantías de un coche competitivo. En caso contrario, cambiará de aires, buscando un volante en otro campeonato que le permita luchar finalmente por victorias, un reto que anhela desde hace años y que solo ha visto correspondido con su última apuesta por Toyota y Le Mans.

Zak Brown es consciente de que el asturiano se puede ir y está haciendo valer todas sus armas para retenerle, ya sea mejorando el McLaren de F1 o apostando por la Indycar. El estadounidense, que fue el año pasado el principal valedor de la experiencia de Fernando en las 500 Millas de Indianápolis y este mismo año de su debut en las 24 Horas de Daytona, está barajando todas las opciones posibles.

Las críticas a Zak Brown y, especialmente, a Eric Boullier, van en aumento en Inglaterra. Se les critica la fuga de técnicos de Woking y se pone énfasis en la inexperiencia del equipo actual de ingenieros como uno de los principales motivos de los problemas de la escuadra, que ha pasado en cinco años de luchar por el título a ocupar las últimas plazas de la parrilla. El centro tecnológico de Woking también ha perdido su relevancia y ello se refrenda con el hecho de que actualmente se utiliza el túnel de viento de Toyota en Colonia.

Fernando Alonso tiene la última palabra. Tiene el hambre de seguir compitiendo, pero quiere retos que le motiven y ello se traduce en un coche competitivo con el que pueda luchar por ganar carreras, dentro o fuera de la F1. Tras el verano, la solución.