Stoichkov. Genio y figura

Cruyff le fichó por 400 millones de pesetas tras sufrir su talento en una eliminatoria contra el CSKA de Sofía

Sus inicios fueron difíciles tras una sanción de doce partidos por pisar a un árbitro, pero acabó siendo un ídolo

Fichajes estrella: Stoichkov

Fichajes estrella: Stoichkov / SPORT.es

Ferran Correas

Ferran Correas

Corría el mes de abril de 1989 cuando el Barça se enfrentaba al CSKA de Sofía en las semifinales de la Recopa. El equipo que dirigía Johan Cruyff se clasificó para la final y en el cuadro búlgaro destacó un joven delantero llamado Hristo Stoichkov, autor de tres goles en aquella eliminatoria. Josep Maria Minguella recomendó su fichaje al Barça y Cruyff pronto dijo que sí. A finales de 1989, ambas partes firmaron un precontrato y el 5 de mayo de 1990 se hizo oficial la llegada del búlgaro al Camp Nou a cambio de 400 millones de pesetas.

Stoichkov, que llegaba al Barça como Bota de Oro europeo, era un jugador rápido, intuitivo, luchador, goleador y con una gran zurda, pero estaba por pulir. Por ello, cuando llegó al Barça, Cruyff le prometió trabajar con él hasta ganar el Balón de Oro, algo que logró en 1994, cuando ya era uno de los mejores delanteros del mundo, una de las figuras del Dream Team e iba camino de convertirse en toda una leyenda para el barcelonismo.

Sus inicios como blaugrana no fueron fáciles. Stoichkov era y es todo carácter. Un 5 de diciembre de 1990, jugaba su primer clásico en el Camp Nou. Quería mostrarse al mundo y lo hizo pisando al árbitro, Urízar Azpitarte. Le cayeron doce partidos de sanción y una buena bronca de Cruyff, que, junto a Carles Rexach, fue amansando a la fiera. El neerlandés le hizo de padre futbolístico y con él ganó cuatro ligas de forma consecutiva, una Copa de Europa, tres supercopas españolas y una Supercopa de Europa. Tan carismáticos fueron sus partidos y sus goles como sus celebraciones, casi siempre con un recuerdo hacia el eterno rival.

IDA Y VUELTA

Estuvo cinco temporadas en el Barça y se fue en el verano de 1995 enfrentado a Cruyff, con quien posteriormente hizo las paces. Jugó una temporada en el Parma para regresar un año después al Camp Nou. Ya sin Cruyff y con Bobby Robson en el banquillo. Volvió para ganar y levantó la Copa, la Recopa y la Supercopa española, pero la posterior llegada de Louis Van Gaal le dejó sin apenas minutos, decidiendo volver al CSKA de Sofía en 1998 dejando una huella imborrable en el barcelonismo.