Neymar: El príncipe que nunca heredó la corona

Estaba llamado a ser el sucesor de Messi en el Barça, pero los cantos de sirena parisinos cambiaron el relato

Su repertorio de filigranas recordó a la mejor versión de Ronaldinho y durante una breve etapa pasó a ser el nuevo ídolo de la afición

Neymar, el príncipe que nunca heredó la corona

Neymar, el príncipe que nunca heredó la corona / SPORT.es

Adrià Fernández

Adrià Fernández

Fue llegar y besar el santo. En su segundo partido como blaugrana ya vio puerta frente al Atlético de Madrid en la ida de la Supercopa de España. Aquel tanto otorgó al Barça el que fue su primer y único título de la temporada, gracias a Neymar. Un curso de adaptación en lo personal y para olvidar en lo colectivo.

El curso siguiente, con la llegada de Luis Enrique al banquillo y de Luis Suárez a la punta del ataque, el equipo adquirió velocidad de crucero. Junto al uruguayo y a Leo Messi, el brasileño formó parte de uno de los mejores tridentes ofensivos de la historia del fútbol. Los tres lideraron al equipo que logró el histórico triplete de 2015, el segundo del club blaugrana.

Dos años después vivió una de sus noches más mágicas de toda su trayectoria deportiva. El Barça había perdido por 4-0 en la ida de los octavos de la Champions frente al PSG. Necesitaba un milagro para pasar de ronda, pero Neymar se cargó el equipo a la espalda y cuando Cavani anotó el 3-1 en contra y las opciones disminuyeron de un plumazo; apareció él. Cuando nadie creía, cuando faltaban tres minutos y los blaugrana necesitaban tres goles, el brasileño insufló de esperanza a sus compañeros. Marcó de falta, de penalti y asistió a Sergi Roberto para situar el histórico y definitivo 6-1.

Aquel fue su último curso como culé, poniendo rumbo, precisamente, a la capital francesa. Los 222 millones de euros que estaban estipulados en su cláusula de rescisión tuvieron la razón. Poderoso caballero es don dinero. Salió del Camp Nou con el objetivo de no estar bajo la sombra de Messi y ser el mejor jugador del mundo, pero no era consciente de que seguiría siendo el número 2, entonces, por detrás de Mbappé. La corona nunca fue suya.