Luis Suárez, el arquitecto de oro

Llegó del Deportivo con 18 años y de 1957 a 1961 ganó dos Ligas consecutivas, dos Copas de Ferias y dos del Generalísimo

Alfredo Di Stefano bautizó al gallego, único Balón de Oro español de la historia, como el 'arquitecto'

Luis Suárez, el arquitecto de oro

Luis Suárez, el arquitecto de oro / SPORT.es

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Luis, ¿firmaste por el Barcelona?”, preguntó Orestes Vara García, periodista de La Voz de Galicia, al otro lado del teléfono. Era domingo, 21 de marzo de 1954. Luis se quedó mudo: “¡Luis!”, insistió el plumilla. “No, ya oigo. No puedo decir nada, nos han dicho que no digamos nada si nos preguntaban”, respondió el jugador. “Pues aquí ya se ha dado la noticia”, siguió el redactor gallego. 

Luis Suárez Miramontes, uno de los mejores futbolistas españoles de la historia, llegó al Camp Nou con 18 años, “haciendo realidad el sueño de mi vida”. Lo hizo acompañado de Dagoberto Moll, que jugó en el primer equipo, mientras que el joven Suárez debía incorporarse al España Industrial, filial del Barça. Debutó en el primer equipo junto al técnico italiano Sandro Puppo, con quien empezó a ejercer de centrocampista total, alejándose de las labores únicamente ofensivas de su corta etapa en el Deportivo. Fue, sin embargo, Helenio Herrera quien más le marcó. Tanto que ‘HH’, siendo técnico del Inter, se lo llevó a Milán.

En el Barça, entre 1957 y 1961 ganó dos Ligas consecutivas, dos Copas de Feria y dos Copas del Generalísimo, una carrera que tuvo dos borrones. La primera fue la derrota en la final de la Copa de Europa en Berna de 1961 ante el Benfica, la “final de los postes”, a la que llegaron tras eliminar al Real Madrid y acabar con su hegemonía continental. También a nivel individual porque Luis Suárez logró sustituyó a Alfredo Di Stefano como Balón de Oro. El madridista le definió como el ‘Arquitecto’. En el Barça sufrió la ira de la afición, que la pagó con él cuando ‘HH’ no alineaba a Kubala. Cuando regresó con el Inter, hubo incluso un corte de mangas por su parte, algo de lo que se arrepentiría más tarde. El tiempo lo cura todo.