Luis Enrique, puente aéreo gratuito

Pasó la revisión médica blaugrana en secreto y viajó a Barcelona para firmar siendo aún blanco

Fue el segundo fichaje del proyecto de Bobby Robson, que llegó para sustituir al destituido Johan Cruyff

Luis Enrique, un culé admirado con pasado madridista

Luis Enrique, un culé admirado con pasado madridista / SPORT.es

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Luis Enrique, un 27 de mayo de 1996, realizó un viaje relámpago de ida y vuelta de Madrid a Barcelona. Era lunes. En el hotel Arenas, cercano al Camp Nou, le esperaba el entonces vicepresidente Joan Gaspart. Tenía contrato con el Real Madrid hasta el 30 de junio de aquel año, pero desde hacía semanas había decidido que no renovaría por los blancos y, también, que su muevo destino era el Camp Nou. Aquel día, con la presencia de Gaspart, que le puso encima de la mesa la documentación, firmó su nuevo contrato, por cinco temporadas, hasta 2001.  

Ese fue el día en el que se comprometió con los blaugranas y empezó su idilio con la afición culé. Luis Enrique, desde el primer día, fue uno de los futbolistas más queridos. Tiene cierta lógica porque, de hecho, el asturiano pasó la revisión médica en Madrid, siendo aún futbolista del Madrid y jugando, obviamente, para el Madrid. Pero accedió a que los servicios médicos del club blaugrana se trasladaran en secreto hacia la capital española para que el jugador superar el test. Aunque quisieron hacerlo de forma discreta, la prensa afín al madridismo se enteró del desplazamiento y hubo muchísima polémica.

Nada que desviara al protagonista y al Barça de su objetivo. Al cabo de pocas semanas, el asturiano hizo lo propio, viajó hacia la Ciudad Condal y firmó su nuevo contrato. Al acabar contrato, el Barça no tuvo que pagar ni una sola peseta para hacerse con él. Eso sí, la presentación no se llevó a cabo hasta el 23 de julio, casi dos meses más tarde de su firma. En la puesta de largo, además, no estuvo solo: el Barça también dio a conocer el mismo día al delantero hispanoargentino, Juan Antonio Pizzi, que llegaba del Tenerife. Antes de la firma de Luis Enrique, semanas atrás había sido Laurent Blanc el primer fichaje de la corta ‘era Bobby Robson’, que llegó para sustituir a Johan Cruyff, recientemente destituido.

“Quiero ser útil a la entidad que ha confiado en mí, aunque la competencia será muy grande”, aseguró en su presentación. El polivalente, todo corazón y garra, Luis Enrique, acabó jugando 300 partidos con la camiseta del Barça. Un culé para siempre.