Koeman: La inversión eterna

Una de las primeras declaraciones que Ronald Koeman realizó tras firmar por el Barça, en enero de 1989, fueron las siguientes: “Soy consciente de que sobre mí va a recaer una gran responsabilidad y de que la afición me observará con un interés especial. Para mí todo va a ser nuevo y eso y el hecho de que el Barcelona aspire a todos los títulos en las competiciones que interviene representan un aliciente”. Treinta y tres años más tarde sigue siendo una de las mayores leyendas blaugrana de toda su historia. La culpa la tiene el gol que marcó en el minuto 111 en la prórroga de la final de la Copa de Europa en 1992. De aquel disparo ya se ha escrito todo.

Koeman sabía exactamente dónde llegaba. Y sí, la afición siempre le observó con cierto recelo hasta que su jerarquía como defensa líbero acabó borrando cualquier atisbo de suspicacias. La razón de esa desconfianza estaba, en gran parte, en un traspaso que, entonces, fue el más caro de la historia del club, solo por detrás de los 1.100 millones que se habían pagado por Maradona en 1982. Por Ronald el PSV Eindhoven recibió 15 millones de florines (unos 825 millones de pesetas, casi cinco millones de euros). El holandés quería vestirse con la camiseta del Barça y quería hacerlo junto a Johan Cruyff, que acababa de renovar.

El problema es que en Italia iban locos por Koeman y, aunque Gaspart intentó incluir una cláusula en su fichaje para poder decidir en mayo (aquel año había elecciones presidenciales en el club), el jugador quiso acelerar el proceso para evitar cualquier contratiempo de última hora. Así lo explicaba el vicepresidente: “Pretendíamos que el presidente que salga pudiera decidir sobre el tema, pero Koeman no quiere correr ningún riesgo y ha resultado imposible introducir tal cláusula en la redacción del contrato”. Ronald se aseguraba 110 millones de pesetas por cada temporada.

Un salario más que amortizado tras una carrera espectacular en el Camp Nou, donde jugó 264 partidos y marcó 88 goles, la mayoría de penalti y faltas directas, faceta en la que fue uno de los mayores especialistas de la historia. Pocos defensores han celebrado tantos goles.