Kocsis, una cabeza privilegiada

Se inició en el fútbol animado por su padre, carpintero de profesión, debutando en el Ferencvaros con solo 16 años. Cuatro años más tarde, Sandor Kocsis fichó por el Honved, el equipo del ejército, para librarse de un largo servicio militar en un puesto fronterizo. Ganó cuatro ligas de Hungría y marcó 176 goles, muchos de ellos explotando su mejor arma, el remate de cabeza.

Paralelamente a sus triunfos con el Honved, fue uno de los líderes del Equipo de Oro, sobrenombre con el que se conoció a la selección de Hungría que maravilló en la década de los 50. Medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952 y subcampeón del mundo en Suiza en 1954, Kocsis fue el máximo goleador de aquel Mundial con once dianas.

Todo le iba bien hasta la intervención militar soviética en Hungría de 1956. Como Czibor o Puskas no regresó a su país y fue sancionado un año y medio sin jugar. Se enroló en el Young Fellows suizo hasta que en 1958 Kubala le convenció para fichar por el Barça, llegando junto a Czibor para formar un equipo de ensueño.

Vistió de blaugrana hasta el año 1966, ganando dos Ligas, dos Copas y dos Copas de Ferias y dejando episodios inolvidables, como el día que jugó con un hombro roto contra el Wolverhampton y logró cuatro goles o siendo decisivo en la semifinal de la Copa de Europa contra el Hamburgo, que desembocó en la triste final de Berna de mayo de 1961, jugada en un campo maldito para Kocsis. En el Wankdorf Stadion, había perdido la final del Mundial de 1954 contra Alemania y perdió la final de la Copa de Europa contra el Benfica. “Nunca más volveré a Berna”, dijo Kocsis tras el partido. Tenía ya 32 años, pero el Barça le renovó por cinco temporadas, pagándole un millón de pesetas al año.

TRÁGICO FINAL

Se retiró el 23 de octubre de 1968 con lágrimas en los ojos y murió prematuramente en Barcelona con solo 49 años en 1979. Estaba ingresado en un hospital por una enfermedad de estómago y se precipitó por una ventana. ¿Accidente o suicidio? En el 2012, sus restos mortales fueron trasladados a su país. Descansa junto a Puskas en la Basílica de San Esteban de Budapest.