Eto'o: Goles son amores

El octavo máximo goleador de la historia del Barça encandiló a la afición y anotó en dos finales de Champions

Por mucho que pase el tiempo, hay cosas que no se olvidan: el camerunés estará jubilada y seguirá marcando goles

Eto'o: Goles son amores

Eto'o: Goles son amores / sport

Adrià Fernández

Adrià Fernández

Considerado el mejor futbolista africano para una inmensa mayoría, conquistó el corazón de todo un continente, pero también el de una afición entera. Samuel Eto’o se convirtió en blaugrana en 2004, después de que el Barça le ganara el pulso al Real Madrid en el traspaso. A pesar de que el camerunés vistiese la camiseta blanca a finales de siglo, su deseo era el de celebrar goles en el Camp Nou. Tras ganar la Liga en su primera temporada, lo celebró coreando ante su afición: “Madrid, cabrón, saluda al campeón”. Seguro que lo recuerdan. Como también la frase que pronunció en su presentación: “Correré como un negro para cobrar como un blanco”.

El de Eto’o fue el séptimo fichaje de aquella temporada, tras las incorporaciones de Belletti, Giuly, Larsson, Deco, Sylvinho y Edmilson. Verano movidito de ilustres llegadas a la capital catalana. Todos los refuerzos ayudaron a elevar el nivel del equipo hasta lograr coronarse como campeones de Europa en 2006. Nuestro protagonista fue el encargado de reavivar las esperanzas de los culés, tras el gol inicial del Arsenal, obra de Campbell. Suyo también fue el tanto que abrió la lata en Roma ante el Manchester United en la final de 2009.

Aquel año, la revolución que inició Guardiola tenía tres claros damnificados: Ronaldinho, Deco y Eto’o. Sin embargo, el vestuario convenció al de Santpedor de dar una nueva oportunidad al camerunés. Bendita rectificación. El delantero fue esencial para lograr el primer triplete del Barça y seguir engrosando su registro goleador.

En solo cinco temporadas anotó 131 goles, situándose como octavo máximo goleador de la historia del club. A Eto’o se le caían los goles del bolsillo. Marcaba casi sin querer. Los siguió anotando en el Inter de Milán donde encadenó otro triplete, pero también en Rusia, Inglaterra, Italia, Turquía y Catar.

Por mucho que pase el tiempo, hay cosas que no se olvidan. Mientras algunos nos conformamos con seguir sabiendo montar en bicicleta, otros estarán jubilados y seguirán marcando goles. El paso de Eto’o por el Barça quedará siempre para el recuerdo, mientras resonará en nuestras cabezas aquello de: “Comment tu t’appelles? Je m’appelle Samuel!”