La Roma, cinco puertas a cero y solo tres goles en contra en eliminatorias

La Roma llegó a la final de la Europa League que disputará ante el Sevilla tras un inicio dubitativo en fase de grupos del que se recuperó a tiempo para sacar su mejor versión defensiva en las eliminatorias, en las que solo encajó tres tantos y en las que mantuvo cinco puertas a cero.

En el recorrido general, el conjunto italiano salda su periplo en Europa League con siete victorias, tres empates y cuatro derrotas. La mitad de sus derrotas fueron en la fase de grupos, ante el Betis y el Ludogorets.

Precisamente el equipo búlgaro fue el primer tropiezo (2-1) del combinado que entrena el luso José Mourinho, en la primera jornada de la fase de grupos en la que la clasificación, sobre el papel, no se le iba a complicar tanto como sucedió.

Tras el inicio trastabillado, llegó una victoria balsámica ante el HJK finlandés (3-0) que pareció dar fuerzas al equipo para el choque ante el Betis, fundamental por la primera plaza. El argentino Paulo Dybala adelantó a la Roma en esta tercera jornada de la fase de grupos desde los once metros, pero el combinado bético remontó (1-2) con un tanto sobre la bocina que dejó contra las cuerdas a la Roma.

La clasificación peligraba, pero el empate en el Benito Villamarín (1-1) y la sufrida victoria ante el HJK en Finlandia (1-2) encaminaron un pase a dieciseisavos de final que tuvieron que sellar en el Olímpico con una remontada (3-1).

Ya en dieciseisavos de final, la Roma se midió a un Salzburgo que cayó de Liga de Campeones. La ida se la llevó el conjunto austríaco con un gol en el minuto 88 (1-0), pero en la vuelta el Olímpico estuvo a la altura de un partido que Belotti y Dybala resolvieron en siete minutos (2-0) para dar el pase.

En octavos, la 'Loba' se midió al segundo equipo español en su camino, una Real Sociedad que pecó de demasiada permisividad en el último momento de la ida (2-0), concediendo un gol que prácticamente sentenció una vuelta en la que el combinado de Mourinho jugó un partido efectivo (0-0), sufrido, para hacer bueno el resultado de la ida.

El Feyenoord neerlandés fue el rival del conjunto romano en cuartos de final, una eliminatoria que no dejó buenas sensaciones en la ida para los 'giallorossi'. Pellegrini erró un penalti y el Feyenoord se recompuso para asestar el primer golpe (1-0).

Todo pasaba por la remontada en la vuelta y el gol de Spinazzola en la segunda mitad dio esperanzas, pero el empate en el 80 de Paixao dejaba la eliminatoria prácticamente muerta, con el Feyenoord en semis.

Fue entonces cuando emergió la figura del mejor jugador de este equipo para señalar el camino de la remontada con un gol en el 90 que alargó el choque a una prórroga en la que la Roma fue muy superior y en la que consiguió el pase a semis (4-1).

Las semifinales dejaron un reencuentro especial en los banquillos entre Xabi Alonso, entrenador del Bayer Leverkusen, y José Mourinho. Y a un paso de la final, el maestro se impuso al alumno con una eliminatoria muy ajustada que se decidió en la ida, con el tanto del canterano Bove, el autor del único gol en 180 minutos (1-0).

En la vuelta, la Roma realizó un ejercicio de resistencia durante 90 minutos (0-0) que le valió para alcanzar su segunda final europea consecutiva, después de proclamarse campeón de la Liga Conferencia la temporada pasada.