El Nápoles corta las alas al Salzburgo

El Nápoles consigue un sufrido pase a cuartos

 Los italianos lograron el billete a la siguiente ronda después de perder por 3-1 ante un Salzburgo que no se rindió pese a la goleada de la ida (3-0) / sport

Alba López

En un encuentro de trámite, el Nápoles selló su boleto para los cuartos de final de la Europa League. El 3-0 que traía el equipo de Ancelotti de San Paolo fue en Austria una losa demasiado pesada para un Salzburgo cuyas esperanzas duraron exactamente 13 minutos, el tiempo que tardó Milik en perforar la portería de Walke y poner el lazo a la eliminatoria a pesar de que el choque acabó 3-1.

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Europa League

3
1
Alineaciones
Salzburgo
Walke; Lainer, Andre Ramalho, Onguene, Ulmer; Mwepu (Gulbrandsen, 59'), Samassekou, Wolf, Szoboszlai (Leitgeb, 74'); Minamino (Haland, 86'), Dabbur.
Nápoles
Meret; Hysaj, Chiriches (Malcuit, 78'), Luperto, Rui; Callejón, Allan, Fabián, Zielinski (Diawara, 73'); Milik, Mertens (Younes, 88').

El delantero centro polaco supo sacar petróleo de un triple error en defensa del Salzburgo, que permitió a Rui adentrarse en el área por la izquierda y después se hizo el harakiri no sabiendo alejar el peligro de su portería. Milik, que pasaba por allí, aprovechó el regalo para marcar en posición acrobática. 

A partir de ahí el Nápoles ya jugó a placer, abriendo pasillos kilométricos por las bandas y llevando en todo momento el peso del juego una vez silenciadas las gradas austriacas. Una pérdida de Allan en la salida de balón celeste, sin embargo, cambió la dinámica del duelo y sirvió para devolver a la vida al conjunto energético. Szoboszlai filtró el balón para Dabbur y el delantero israelí, que jugará en el Sevilla la temporada que viene, definió ante Meret con mucha sangre fría. 

Con alas nuevas salió el Salzburgo tras el descanso, momento en el que Marco Rose decidió mover ficha y meter en el campo al reboltoso Gulbrandsen por Mwepu. La jugada le salió redonda al técnico, ya que apenas cinco minutos después de saltar al terreno de juego el noruego adelantó a su equipo en el marcador tirándose al suelo para rematar a la red un centro de Ulmer desde la izquierda.

Restaba casi media hora por delante y el Salzburgo necesitaba tres goles más para pasar, una auténtica quimera. Aun así, Ancelotti quiso tomar precauciones y dotó de más músculo a su medular con la entrada de Diawara por Zielinski. Fue un bálsamo para los partenopeos, que taponaron la hemorragia a partir de ahí e hicieron valer su superioridad técnica para amarrar un resultado que los sitúa en el bombo del sorteo de los cuartos de la competición. El postrero tanto de Leitgeb fue ya una anécdota. Llegaba demasiado tarde.