Un pésimo Athletic deberá remontar un 3-1 en La Catedral

Aritz Aduriz, convirtiendo el penalti del momentáneo dos a uno

Aritz Aduriz, convirtiendo el penalti del momentáneo dos a uno. / AFP

Lucas Cadete

Perder por 3-1 en Europa y pensar que lo mejor es el resultado indica el paupérrimo nivel de un Athletic superado de cabo a rabo por el Olympique de Marsella. Un polémico penalti convertido por Aduriz al borde del descanso da vida a los de Ziganda, superados en todo momento por un cuadro francés que mereció un mejor resultado. Cosas del fútbol.

Peor no pudieron comenzar las cosas para el Athletic, ya que a los 40 segundos de juego Thauvin firmaba un jugadón que culminaba Lucas Ocampos rematando a las mallas. Tocaba remar contra un marcador adverso desde el primer minuto de partido. Pero lo peor estaba casi por llegar, ya que las ocasiones marsellesas caían en aluvión, hasta que a los trece minutos un pésimo despeje de Etxeita lo aprovechaba Payet para hacer el segundo. 

No fue la mejor noche del central vasco, con otro error que a punto estuvo de aprovechar Germain para hacer el tres a cero antes del minuto veinte. Iago Herrerín salvó después ante el ariete francés en otra clarísima opción de los locales. Sólo Aduriz, a los 37 minutos, tuvo una buena oportunidad para acortar distancias pero disparó a las nubes. 

Pero cuando el primer acto estaba a punto de acabar, llegada vasca y chut de Aduriz que tocó en el brazo de Rami, pegado al cuerpo. En principio, el trencilla luso indicó córner, pero el juez de meta le corrigió y acabó pitando un penalti que el propio Aritz Aduriz convirtió con sangre fría, una acción que puede ser clave en la eliminatoria. 

La segunda parte fue completamente de los marselleses, muy superiores a un desangelado conjunto vizcaíno. Llegadas y ocasiones constantes para los de Rudi García, hasta que Lucas Ocampos encontró la colaboración de Iago Herrerín en un flojo remate a centro de Payet para convertir el tres a uno. Después, un testarazo de Germain casi supuso la sentencia y el 4-1, pero se perdió a dos dedos del poste. El acoso marsellés no tuvo suerte y Etxeita se reivindicó salvando bajo palos un remate de Ocampos. Al final, 3-1 y alivio vizcaíno, pues pudo ser mucho peor.