Emery critica que la final de la Europa League se juegue en Bakú

Anna Pérez Roura

La final de la Europa League que enfrentará al Chelsea y Arsenal se jugará en el Estadio Olímpico de Bakú, ubicación que Unai Emery aún no acaba de comprender por las dificultades que supone para los dos equipos y para sus aficionados.

"No sé exactamente cómo se toma la decisión de jugar en un lugar u otro. He jugado contra el Barcelona en la Supercopa de 2015 en Tbilisi y fue lo mismo. El problema es para los aficionados", señaló el técnico del Arsenal. 

"Preferiría jugar más cerca de Inglaterra, porque somos dos equipos ingleses y podemos llevar con nosotros a muchísimos aficionados", afirmó este lunes ante la prensa inglesa.

Como ya se avanzó hace unos días, cada equipo contará solo con 6.000 entradas, una decisión que los clubes han tachado de "decepcionante", ya que el estadio cuenta con una capacidad de casi 70.000 espectadores.

"Cuando jugamos con el Sevilla en Suiza contra el Liverpool, el estadio estaba lleno de aficionados nuestros y del Liverpool y fue asombroso, pero no sé cómo decidieron jugar allí. Habrá solo seis mil aficionados para nosotros y el Chelsea, pero el estadio tiene capacidad para 70.000. Así que creo que va a estar lleno, pero no con nuestros aficionados ni con los del Chelsea", criticó Emery.

Pero este no es el único problema con el que se ha topado el club 'gunner'. Su medio centro armenio, Henrikh Mkhitaryan, podría encontrarse con obstáculos para entrar en Azerbaiyán debido a la tensión política entre ambos países. 

"Queremos contar con todos los jugadores. Trabajó muy bien en el partido ante el Burnley y haremos todo lo que podamos en ese sentido, pero no sé cuál es la posibilidad de que juegue debido a esa cuestión política", comentó preocupado el entrenador.

"No sé cuál es el problema entre los países, pero haremos todo lo que podamos para que Mkhitaryan esté en la final. No es una cuestión deportiva, no está en mis manos, no sé cuál será la solución", añadió.

Jürgen Klopp ya criticó anteriormente el hecho de disputar la final de la Europa League en Bakú. Clasificó la decisión de "irresponsabilidad" y atacó duramente a la UEFA.