Batacazo de la Real que se jugará el pase en San Paolo

A Isak le falló la puntería.

A Isak le falló la puntería. / EFE

Arnau Montserrat

Podía haber sido una noche de celebración y terminó siendo una pesadilla. El Rijeka, sin nada en juego, le ha dejado un panorama complicado a la Real Sociedad en su camino a dieciseisavos. Menuda piedra los croatas. Los 'txuri-urdin' no pasaron del empate ante los balcánicos que se colocaron por encima en el marcador hasta en dos ocasiones.

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Europa League

2
2
Alineaciones
Real Sociedad
Remiro; Zaldúa (Gorosabel 67'), Zubeldia, Le Normand, Monreal; Zubimendi, Merino, Silva (Willian José 68'); Januzaj (Portu 80'), Isak (Bautista 58') y Oyarzabal (Roberto López 80').
Rijeka
Nevisic; Velkovski (Escoval 86'), Galovic, Stefulj; Tomecak, Halilovic, Capan, Loncar, Menalo (Anastasio 80'); Andrijasevic (Yateke 86') y Muric (Pavicic 75').

Tampoco ayudó el empate del Nápoles en casa de un AZ que venciendo al Rijeka en la última jornada estará en la siguiente fase. San Paolo dictará sentencia para una Real que está obligada a ganar y si no es así, mirar de reojo lo que haga el Alkmaar al que le tienen el 'goal average ganado'. 

El guion de la primera mitad fue cruel con el conjunto de Alguacil que además se volvieron a encontrar un muro por parte de los croatas. Los primeros 45 minutos tuvieron dos nombres propios. El primero se llama Alexander Isak. El delantero sueco era el único capaz de romper la telaraña defensiva pero pese a hacerlo todo bien, fallaba en lo básico: el disparo.

Era capaz de plantarse delante de Nevistic pero a la hora de definir el arquero de los croatas le ganaba la partida una y otra vez. Disparos mordidos, rasos, al cuerpo. Tranquilamente tuvo tres tiros francos. Pero es que además casi saca un penalti que hubiera levantado polémica en todo el mundo.

El sueco tocó el balón con la mano al servicio desde el saque de esquina de Januzaj y tras insistentes protestas de los realistas el árbitro cedió a la presión y pitó penalti. La indignación de los jugadores del Rijeka, de su técnico y una pequeña charla con el asistente cuando Oyarzabal ya estaba con el balón plantado en el punto de penalti, sirvieron para que el colegiado diera marcha atrás y evitara un pequeño escándalo. Aunque el esperpento ya estaba hecho.

Pero de vuelta al cruel guion, el Rijeka se adelantó en el marcador por medio del segundo protagonista del primer tiempo. Velkovski, a parte de ser una roca atrás, remató la prolongación al primer palo de Muric tras un saque de esquina. Se la encontró el central que hizo saltar todas las alarmas en el Reale Arena. Fue tal el mazazo que los de Imanol se tiraron los últimos diez minutos antes del descanso sin generar nada. Un cabezazo de Isak en la última jugada. Nada más. 

Le vino bien el parón a los 'tuxri-urdin' que saltaron a la segunda mitad dispuestos a enmendar el panorama. Pero al estar tan volcados podía suceder un contragolpe que dejara demasiado tocados a los de Imanol. Apareció entonces Remiro con una mano salvadora. Tras otro susto, despertó Oyarzabal que estuvo a punto de anotar un gol al estilo Messi pero de nuevo Nevistic negaba la diana. No había manera.

Ni los palos estaban con la Real. Mikel, de cabeza, se encontró con el travesaño. Para rematar las malas noticias. El AZ empataba ante el Nápoles y con este resultado dejaban de depender de sí mismos para pasar. Ni una de derecha. Entonces Alguacil tiró de su as en la manga para cambiar el rumbo. Entró Bautista.

Jon ya le anotó el gol del triunfo al Rijeka en el 94' y la pesadilla del conjunto balcánico apareció de nuevo en San Sebastián. Un gran gol con control, giro y disparo en tres toques preciosos y precisos. Restaban algo más de 20 minutos para completar la remontada... o para echarlo todo a perder de nuevo. En otro saque de esquina y apenas cinco minutos después del gol del empate, el Rijeka volvía a ponerse por delante. 

Pero lo que parecía un imposible lo puso algo más fácil Nacho Monreal a diez minutos para el final. El gol del lateral daba de nuevo esperanza a los de Alguacil que sumaba hasta 23 ocasiones de gol. Una barbaridad sin premio. La esperanza se fue diluyendo y con ella la victoria. Todo a una última carta. En casa del Diego. En casa del Nápoles. En San Paolo. Con los napolitanos todavía sin billete. Noche grande o eliminación.